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Tras el intento de suicidio

Puede que consideres el día de hoy como el más difícil de tu existencia.
Has pensado seriamente o, tal vez, hasta has intentado terminar con tu vida.

El día de hoy

Así pues, es probable que te encuentres exhausto. Un síntoma muy común después de sobrevivir a un intento de suicidio es la fatiga extrema. Por otra parte, puede ser que te sientas muy enfadado, humillado o avergonzado por haber intentado suicidarte.

Las reacciones de otras personas ante el suicidio, el traslado al hospital, el tratamiento en la sala de urgencias u otro tipo de centro de salud, son muy abrumadoras. Sin embargo, es posible recuperarse y superar los sentimientos producidos por esta situación.

Después de la sala de espera de urgencias

Después de recibir tratamiento por intento de suicidio en urgencias y que los psiquiatras consideren que te encuentras médicamente estable, puedes ser dado de alta o bien ser hospitalizado.

Si el psiquiatra de urgencias piensa que no te pueden dar el cuidado inmediato que necesitas, te tramitarán una hospitalización.

Si eres dado de alta, el personal médico de urgencias debe proporcionarte de un plan de seguimiento que te ayude a cuidarte.

Los pasos exactos de este plan variarán dependiendo de cada persona. Sin embargo, es posible que tu plan incluya lo siguiente:

  • Una cita con un profesional de la salud mental (ya sea un psiquiatra o un psicólogo clínico) a corto plazo. Por consiguiente, antes de salir del hospital, debes asegurarte de tener la información necesaria para contactar con tu psiquiatra o psicólogo clínico, y de que la cita sea lo más pronto posible.
  • Información del tipo de tratamiento que has recibido en urgencias, especialmente sobre los medicamentos y, si es necesario, instrucciones sobre lo que debes hacer con respecto al tratamiento.
  • Información de los recursos locales y nacionales, y de las líneas telefónicas de ayuda que pueden brindarte orientación y apoyo (ver la sección de ayuda inmediata). Después de tener un plan de cuidado que entiendas claramente y con el que te sientas cómodo, síguelo paso a paso, ya que esto es un factor esencial para tu recuperación.

Pasos a seguir

Seguir adelante y hacerle frente a los futuros pensamientos de suicidio.

Es posible recuperarte de los pensamientos y de las sensaciones negativas que te hicieron querer terminar con tu vida.

Puedes tener una vida feliz, llena de satisfacciones. También puedes aprender a vivir con estos pensamientos pero manteniéndote seguro.

Después de salir del hospital, puedes hacer varias cosas para facilitar tu recuperación.

Consejos que te ayudarán a mejorar

Ahora esto puede ser duro y abrumador, pero en los próximos días, estos consejos, te ayudarán a mejorar.

Crea un plan de seguridad. Tú y tu psiquiatra, o psicólogo clínico, debéis trabajar juntos para desarrollar un plan de seguridad que ayude a reducir el riesgo de un futuro intento de suicidio. Al crear un plan de seguridad, SÉ honesto contigo mismo y con tu psiquiatra para asegurarte de que el plan establecido esté de acuerdo a tus necesidades y de que te sientas cómodo con él. Algunas de las cosas comunes que se pueden incluir son:

  • Señales que pueden indicar el regreso de los pensamientos suicidas y qué hacer con ellos;
  • Cuándo buscar tratamiento especializado;
  • Información para contactar con un profesional, un amigo cercano o a un familiar. Lleva contigo una copia escrita del plan de seguridad por si la necesitas.
  • Construye un sistema de apoyo. Ésta es una parte clave en la recuperación de un intento de suicidio y en la prevención de futuros intentos. Es muy importante que tengas, por lo menos, una persona en tu vida que pueda convertirse en tu "aliado". Ésta persona debe ser alguien en quien confíes y con quien puedas ser honesto, especialmente si vuelves a tener pensamientos suicidas. Algún miembro de tu familia o un amigo cercano puede servir para este importante propósito. Un cura, un mentor o colega también podrían ayudarte. Tener más de un aliado puede ser de gran ayuda. Además, aunque te sientas solo, siempre hay personas que se preocupan por Ti y que están dispuestas a ayudarte.

Aprende a vivir otra vez.

  • Cuando uno se está recuperando, el mundo puede parecer un lugar desolador. Puedes tardar un poco de tiempo antes de encontrar sentido a la vida otra vez. Desarrollar una rutina ayuda. Come en horas fijas, haz ejercicio regularmente y acuéstate y levántate a la misma hora todos los días. Intenta, sobre todo al principio, hacer tus actividades regulares y deja que con el tiempo siga normalizándose tu rutina.
  • Si continúas teniendo pensamientos suicidas, busca ayuda inmediatamente y entra en contacto con tu aliado, tu médico o llama a algún teléfono de apoyo en momentos de crisis
  • Escucha de cerca y considera cuidadosamente la ayuda y los consejos que recibes. Una vez más, es muy importante ser honesto contigo mismo, con tu médico o con los demás acerca de tus sentimientos; de esta forma, recibirás el mejor cuidado posible.
  • A veces, estar bajo presión y tener pensamientos suicidas pueden hacer difícil tomar buenas decisiones y, en esos momentos, otras personas pueden tener una visión más realista de tu situación. Tu aliado puede ayudarte a trabajar con estos pensamientos y sensaciones de confusión, lo que te permitirá mantenerte a salvo.

La recuperación de cada persona es diferente. Algunas personas tienen pensamientos suicidas persistentes. Para otras, estos pensamientos se asocian a estados de ánimo o ciertas circunstancias adversas. Puedes tener en cuenta las siguientes ideas para prevenir esos pensamientos negativos y destructivos en el futuro. Algunas de estas medidas pueden servirte para tu plan de apoyo.

  • Elimina objetos que puedan ser utilizados para hacerte daño. Trabaja con tu aliado para eliminar los objetos peligrosos. Es mejor no tener estas cosas a tu alrededor mientras estés recuperándote. Si tomas medicamentos, ten a mano solo los justos para algunos días y pídele a alguien que guarde el resto. Además, dale los otros objetos peligrosos a otra persona durante este tiempo de descompensación; podrás recuperarlos cuando te encuentres estable.
  • Identifica la causa o el comienzo de estos pensamientos: Puede ser el aniversario de un acontecimiento doloroso, por ejemplo la muerte de un ser querido, y posteriormente ver un cuchillo en la cocina y surgir los pensamientos negativos. Trata de reducir al mínimo el efecto de este tipo de eventos en tu vida. Debes evitarlos o entrenarte para responder ante ellos de forma diferente. Puedes informar a tus aliados con tiempo para que te ayuden a enfrentarte a una situación difícil. Recuerda que los acontecimientos de la vida diaria no causan un suicidio, pero pueden aumentar el riesgo de un intento.
  • Infórmate sobre las enfermedades mentales: Alguien que ha tenido o está experimentando pensamientos suicidas puede sufrir una enfermedad mental, tales como un trastorno bipolar, esquizofrenia o depresión aguda. Para más información sobre las enfermedades mentales y su tratamiento, entra en contacto con un psiquiatra o en su defecto, médico de atención primaria en el centro de salud que te corresponda.
  • Infórmate sobre las líneas telefónicas de apoyo en momentos de crisis: te ofrecen de una persona entrenada con la que puedes charlar cuando estás teniendo pensamientos suicidas. Esta persona te escuchará y te ayudará a elegir otro camino. Te puede ayudar con tu plan de apoyo, así que tenlo cerca cuando llames. Si no tienes un plan de apoyo, el personal en línea te ayudará a crearlo.
  • Participa en un grupo de autoayuda: Hay muchos tipos de grupos de ayuda y el equipo de salud mental que incluye un trabajador social, puede ponerte en contacto con un grupo en tu área. Aprender de otros y compartir tu experiencia puede ayudarte en la forma de ver la vida. Además, tu experiencia también puede ayudar a salvar la vida de otras personas.
  • Vive tu vida:
    • Encuentra y goza al máximo de un pasatiempo, como escuchar música, pasear, ver una película o coleccionar cosas, es una buena manera de ayudarte a enfrentar los momentos difíciles.
    • Los pasatiempos o las actividades que implican interacción con otras personas son una buena idea. Cualesquiera que sean tus intereses.
    • Asegúrate de que tengas acceso a las cosas que disfrutas, para que así, si tus pensamientos negativos regresan, puedas tener algo que te traiga comodidad y satisfacción.
    • Recuerda que hay razones para vivir y para hacer que las cosas vayan mejor. Puedes sobrevivir, e incluso prosperar, a pesar de cómo te sientas ahora. La recuperación es posible.

Información está extraída de la guía orientativa desarrollada con el apoyo del Centro de Recursos para la Prevención del Suicidio y la Administración Nacional para el Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental y fue apoyada por la Subvención No. 1 U79 SM55029-01 del Centro de Servicios de Salud Mental, de la Administración de Servicios de Adicciones y Salud Mental (SAMHSA), Departamento de Salud de los E.E.U.U. (US Department of Health and Human Services).