Como resultado del esfuerzo realizado por las distintas administraciones, Ayuntamientos, medios de comunicación, asociaciones ciudadanas, profesionales sanitarios y otros, en nuestra Comunidad Autónoma se ha conseguido un buen nivel de información sobre el VIH/SIDA, sus mecanismos de transmisión, medidas de prevención, etc., entre la población.
Desde la situación privilegiada de los Ayuntamientos por su proximidad respecto a la ciudadanía, se ha demostrado la eficacia de las intervenciones preventivas en la mejora del nivel de conocimientos sobre la infección y en el fomento de actitudes positivas, tanto hacia las medidas de prevención, como hacia las personas afectadas.
Por esta razón, en los últimos años, desde la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad y Consumo, se viene solicitantdo la colaboración de todos los Ayuntamientos de la Región para que apoyen con sus intervenciones las iniciativas acordadas a nivel mundial con el objetivo de frenar el avance de esta enfermedad.
En esta línea de colaboración, es muy importante que el Municipio cumpla una función de apoyo y refuerzo para la realización de actividades en los Centros educativos, facilitando materiales informativos/educativos y otros recursos a su alcance.
La relevancia de este campo de actuación se basa en que los adolescentes continúan siendo una de las poblaciones en las que las inervenciones para prevenir la transmisión sexual del VIH son prioritarias ya que del éxito de las mismas dependerá el futuro de la epidemia en nuestro pais. Si bien los adolescentes no son un colectivo homogéneo en cuanto a conductas de riesgo para la salud, en este periodo un elevado porcentaje de ellos inician las relaciones sexuales y el consumo de algunas drogas (se experimentan en este periodo) lo cual, a menudo tiene lugar antes de que el individuo hay adquirido las habilidades necesarias para evitar la infección por VIH/SIDA u otras enfermedades de transmisión sexual y el embarazo.
Además, los jóvenes pueden representar una gran ayuda en al prevención del VIH/SIDA y en el control de la epidemia. Dado que su comportamiento está aún en desararollo, pueden aprender prácticas más seguras con mayor facilidad que los adultos. Así, múltiples estudios nacionales e internacionales señalan que la edad comprendida entre los 16 y los 20 años es crítica para la adopción de conductas saludables.