El principal objetivo de la vacunación es prevenir el padecimiento de la enfermedad COVID-19, disminuyendo la mortalidad, la posibilidad de enfermar gravemente y de sufrir secuelas, protegiendo especialmente a aquellos grupos de personas más vulnerables.
La vacunación es doblemente importante ya que protege directamente a cada persona vacunada, pero también protege de forma indirecta a sus convivientes y contactos, así como al resto de la población en general.
Cuantas más personas estén inmunizadas, menor circulación habrá del virus y menor probabilidad de nuevas mutaciones y aparición de nuevas variantes
Se puede vacunar cualquier persona una vez cumplidos los 12 años de edad. Por el momento los menores de 12 años no pueden vacunarse, ya que no hay vacunas autorizadas para ellos. Cuando haya alguna vacuna apta para esta edad, se establecerán los grupos a vacunar.
En la Unión Europea se dispone de dos vacunas autorizadas para su uso a partir de 12 años:
Estas vacunas están contraindicadan en las personas con antecedentes de haber tenido reacciones alérgicas graves (por ejemplo, anafilaxia) a una dosis previa de la propia vacuna o a algún componente de las misma, al igual que ocurre en población adulta.
Como en el caso de cualquier vacuna, tras la administración de las vacunas frente a COVID-19 se debe permanecer en observación durante, al menos, 15 minutos, para valorar la posibilidad de cualquier reacción.
En personas con alergias a otras vacunas o medicamentos el período de observación debe ampliarse a 30 minutos tras la vacunación.
La vacunación no está contraindicada en personas con alergias a alimentos, animales, insectos, alérgenos del ambiente, látex u otras alergias.
Ambas vacunas se administran en una pauta de dos dosis, si la persona no ha padecido la enfermedad. El intervalo entre dosis mínimo es de 21 días para Comirnaty (Pfizer & BioNTech) y de 28 días para Spikevax (Moderna). En caso de haber padecido la enfermedad antes de la administración de la primera dosis, se podrá una única dosis al mes del diagnóstico de la infección. Sin embargo, si el padecimiento de la enfermedad es entre la primera y la segunda dosis, sí que se administrará una segunda dosis al mes del diagnóstico de la enfermedad..
De manera ideal, la segunda dosis no debería retrasarse más de 42 días en el caso de Comirnaty (Pfizer & BioNTech) y 56 días en el caso de Spikevax (Moderna). Sin embargo, en el caso de que la segunda dosis se retrase más de este intervalo, no se administrará una dosis adicional, sino que se aplicará el axioma de dosis puesta, dosis que cuenta.
Es recomendable ajustarse en lo posible al esquema especificado para cada vacuna. El intervalo mínimo entre dosis es de 19 días para Comirnaty (Pfizer & BioNTech) y 25 para Spikevax (Moderna). En caso de adelantar más la segunda dosis, no se considera una dosis válida y habría que repetirla 21 o 28 días (según de qué vacuna se trate) después de la dosis invalidada.
Sí, ambas dosis deben ser del mismo producto. Por el momento no hay estudios que comprueben que se mantiene la misma efectividad si cada dosis es de una marca. Sin embargo si se administran dos dosis de distinto preparado con el intervalo adecuado no se considera necesario administrar dosis adicionales.
No. Ninguna vacuna en nuestro país es obligatoria.
Las personas menores de 16 años precisan acudir acompañados para la vacunación, pudiendo acudir solos en caso de tener cumplidos los 16 años.
Ante un caso de discordancia de opinión entre los progenitores con respecto a la vacunación de menores frente a la COVID-19, según la Ley 41/2002, de 14 de Noviembre, Básica Reguladora de Autonomía del Paciente, se preve:
Las vacunas frente a COVID-19 son muy seguras. Como todos los medicamentos, las vacunas pueden provocar efectos secundarios. La mayoría de estos son leves y de corta duración y no todas las personas vacunadas los padecen. Los más comunes son molestias locales en la zona de la administración de la vacuna, cansancio, malestar general, dolor de cabeza o fiebre. Es más infrecuente la aparición de inflamación de ganglios en la zona de la axila o cuello en el lado de la inyección.
En caso de ser necesario, el tratamiento de estos síntomas sería con paracetamol 500 mg, pudiendo repetir cada 6-8 horas según necesidad. No está recomendado la administración de paracetamol previo a la vacunación.
El día de la vacunación se puede realizar vida normal, manteniendo las medidas higiénicas recomendadas actualmente (uso de mascarilla, distancia social, ventilación de los espacios cerrados e higiene de manos).
En la miocarditis y la pericarditis tiene lugar la inflamación de determinadas partes del corazón. Se han notificado algunos casos muy raros tras la vacunación frente a COVID-19 en personas jóvenes, más frecuentemente en varones y pocos días tras la segunda dosis. La gran mayoría de los casos son leves con recuperación en pocos días.
Es importante conocerlo, para vigilar en los días siguientes a la vacunación, la aparición de dolor en el pecho, dificultad para respirar o palpitaciones, para solicitar atención médica urgente.
A pesar de la posibilidad de sufrir estos infrecuentes efectos secundarios, el riesgo es seis veces mayor en caso de padecer la infección por SARS-CoV-2. Es por esto que el balance riesgo-beneficio de la vacunación es claramente favorable a la vacunación.
No. Estas vacunas no pueden producir la enfermedad puesto que no contienen virus ni otros microorganismos.
Las vacunas han demostrado ser muy efectivas en la prevención de la infección, principalmente las formas más graves, así como la hospitalización y el fallecimiento por este motivo. Sin embargo, las personas vacunadas pueden contraer la infección, aunque la enfermedad suele ser, en general, más leve que en los no vacunados.
Con respecto a la nueva variante Delta, se mantiene una alta efectividad frente a la enfermedad sintomática
A día de hoy no hay estudios disponibles sobre la coadministración de vacunas con las vacunas frente a COVID-19. La recomendación actual es separarlas 7 días de cualquier otra vacuna. Si por la razón que fuera se administran con menor separación, deben considerarse igualmente válidas ambas vacunaciones.
Los tratamientos de desensibilización (inyectados y sublinguales) no contraindican la vacunación frente a COVID-19.
En general no es necesario separar la vacuna frente a COVID-19 y los tratamientos de inmunoterapia, pues no es esperable ninguna interferencia de ningún tipo. Sin embargo, se pueden separar ambas 48 horas para evitar el solapamiento de las posibles reacciones a cualquiera de ellas.
Es muy recomendable que una adolescente embarazada, o que cree que puede estar embarazada, reciba la vacunación frente a COVID-19, debido al mayor riesgo de complicaciones. La vacunación puede llevarse a cabo en cualquier trimestre de la gestación.
En caso de estar buscando un embarazo también pueden vacunarse, ya que las vacunas no afectan a la fertilidad.
En caso de estar lactando, la vacunación también es compatible con la lactancia materna.