La MBE ha sido definida (1) como la utilización consciente, explícita y juiciosa de la mejor evidencia científica disponible para tomar decisiones sobre el cuidado de los pacientes individuales
. Su práctica implica la integración de la experiencia clínica profesional y de las mejores evidencias científicas disponibles.
El elevado número y la velocidad en la publicación de artículos en revistas biomédicas, la discrepancia que se puede encontrar en los resultados de ensayos, la realización y publicación de numerosas revisiones sistemáticas, el escaso tiempo disponible por los profesionales para su actualización y las posibilidades de acceso rápido a la información justifican el auge actual de la práctica de la MBE.
El conocimiento por los profesionales sanitarios de las herramientas de MBE, el manejo de sus bases de datos no suponen, por sí solos, una ventaja para los pacientes. Es necesaria e imprescindible la experiencia clínica. La MBE no son recetarios de medicina, que puedan aplicarse de forma automática. Las evidencias nunca pueden reemplazar al juicio del profesional en como integrarlas en la mejor decisión clínica ante el paciente individual.
David Sacket recomienda a los lectores de su libro sobre Medicina Basada en la Evidencia (2) añadir al contenido del libro, para beneficio de sus pacientes, cuatro ingredientes, que nos permitimos también recomendarles en sus paseos por estas páginas:
Primero, un dominio de las técnicas clínicas de la entrevista a pacientes, la recogida de la historia y la exploración física, sin las cuales no puede empezar el proceso de la MBE (mediante la generación de hipótesis diagnósticas) ni terminarse (integrando las evidencias válidas e importantes con los valores y expectativas de su paciente). Segundo, la práctica de un aprendizaje continuo, autodirigido y para toda la vida, sin el cual en seguida se quedaría peligrosamente desfasado. Tercero la humildad necesaria para no mantenerse refractario tanto a la propia superación como a los avances de la medicina. Finalmente, deseamos que añada entusiasmo e irreverencia al empeño, ya que sin ellos se perdería toda la diversión que acompaña a la aplicación de estas ideas
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Referencias: