En base a la información obtenida en los documentos consultados, no sería necesario el relleno de la cavidad tras drenar el absceso ya que es menos doloroso y no implica un mayor riesgo de morbilidad.
El sumario de evidencia (SE) de UptoDate sobre abscesos anales y perianales(1), con respecto a la función del relleno de la herida tras drenar el absceso indica que, aunque esta es una práctica habitual, no se ha demostrado que tenga un beneficio. Los autores de este SE sugieren, para la mayoría de los pacientes con un absceso perianal o perirrectal, no rellenar la herida después del drenaje. Se hace referencia a un ensayo aleatorizado (ECA)(2) en el que participaron 443 personas adultas (edad media 42 años); 213 de ellas fueron asignadas al grupo de taponamiento y presentaron puntuaciones de dolor más altas que las 220 asignadas al grupo sin taponamiento (38,2 frente a 28,2; diferencia de media de 9,9; p < 0,0001, medidas con una escala visual analógica [EVA] sobre 100 puntos). La incidencia de fístula anal fue baja en ambos grupos: 32/213 en el grupo con relleno y 24/220 en el grupo sin relleno (odds ratio [OR]: 0,69; intervalo de confianza [IC] del 95 %: 0,39 a 1,22; p = 0,20). La proporción de recurrencia del absceso fue baja: 13/223 grupo sin relleno y 7/213 grupo con relleno (OR: 1,85; IC del 95%: 0,72 a 4,73; P = 0,20). Para los autores no rellenar la cavidad es menos doloroso y no implica mayor riesgo de morbilidad.
El SE de Dynamed con respecto al relleno posoperatorio de cavidades de abscesos perianales(3), sugiere que un simple apósito externo puede reducir el dolor posoperatorio y mejorar la cicatrización de la herida en comparación con el relleno de estas cavidades en adultos sometidos a incisión y drenaje de abscesos perianales primarios (DynaMed Nivel 2)*. Basa esta recomendación en el ECA anteriormente mencionado(2). También se hace referencia a una revisión sistemática (RS) Cochrane(4) que no encontró evidencia suficiente para determinar si rellenar la cavidad mejora la cicatrización o reduce los eventos adversos tras la incisión y el drenaje de abscesos perianales.
Se han identificado otras dos RS más recientes(5,6):
- La primera RS con metaanálisis, publicada en 2024(5) tuvo como objetivo evaluar en población adulta con absceso anorrectal, los resultados en cuanto al dolor, la recurrencia del absceso y la tasa de fistulización. Se incluyeron tres ECA, uno de ellos ya mencionado anteriormente(2), que involucraron a 490 personas, en 241 (49%) de los cuales se rellenó la cavidad; la mayoría eran varones (n = 158, 65,6%), con una edad media de 40,5 años y un seguimiento de 6 meses. En aquellas personas en las que no se rellenó la cavidad del absceso versus las personas en las que si se rellenó, el dolor (medido con EVA ) fue menor, aunque las diferencias no fueron estadísticamente significativas; el riesgo relativo agrupado de recurrencia de abscesos fue de 1,57 (IC del 95 % [0,764, 3,29], p = 0,219) y para la formación de fístula anal fue de 0,686 (IC del 95 % [0,430, 1,09], p = 0,114). En cuanto al retraso en la cicatrización de la herida un ECA(7) demostró un tiempo de cicatrización más corto en el grupo sin relleno (19,5 días) que en el grupo con relleno (26,8 días), pero no se definió el retraso en la cicatrización de heridas entre los grupos, lo que limitó su inclusión para el metanálisis. Otro ECA(8) no definió explícitamente el retraso en la cicatrización de heridas, pero informó el mismo número de personas con retraso en la cicatrización en ambos grupos. El tercer ECA(2) encontró tasas de cicatrización estadísticamente significativas más altas en personas en las que no se había utilizado relleno (78,9%) que en aquellos con relleno (68,7%; p = 0,046). Los autores concluyen que la práctica del relleno de la cavidad, aunque no se asocia con diferencias significativas en la recurrencia de abscesos y la formación de fístulas, sí se asocia con un aumento del dolor y una cicatrización tardía de la herida. No obstante, los autores indican que se requieren ECA con la potencia adecuada para proporcionar más evidencia primaria que permita guiar la práctica clínica.
- La segunda RS(6) incluyó ocho ECA que informaron de un total de 485 pacientes sometidos a incisión y drenaje de abscesos cutáneos con (n = 243) o sin (n = 242) relleno de la cavidad del absceso. No se observaron diferencias estadísticamente significativas en el riesgo de recurrencia (riesgo relativo [RR]: 1,31; p = 0,56), fístula anal (RR: 0,63; p = 0,28) ni en la necesidad de una segunda intervención (RR: 0,70; p = 0,05) entre los dos grupos. Los resultados se mantuvieron sin cambios en los análisis de subgrupos para absceso anorrectal, pacientes pediátricos, pacientes adultos y el uso de antibióticos. Los autores concluyen que la incisión y el drenaje del absceso cutáneo con o sin relleno posterior de la cavidad tienen resultados comparables; sin embargo, considerando el coste y el dolor posoperatorio asociados al relleno, realizar el procedimiento sin relleno de la cavidad del absceso podría ser más favorable.
Por último, se incluye un best practice con las mejores prácticas en el abordaje de los abscesos cutáneos, elaborado por la Asociación Canadiense de Médicos de Emergencia(9), en el que se pregunta si después de la incisión y el drenaje de un absceso cutáneo, se debe rellenar la cavidad con algún tipo de apósito. Los autores de este documento recomiendan no rellenar rutinariamente las cavidades de los abscesos cutáneos después de la incisión y el drenaje, ya que no hay evidencia de que una técnica sea mejor que la otra y el relleno produce dolor a los pacientes. Esta recomendación se basa en la evidencia de una RS(6) anteriormente comentada.