De acuerdo con la documentación revisada, los protectores de cadera (PC) podrían prevenir la fractura de cadera (FC) en personas mayores con alto riesgo de fractura, especialmente en aquellas que están institucionalizadas, siempre que los acepten y los utilicen de manera adecuada. Su uso no estaría recomendado en personas mayores que viven en la comunidad.
El Sumario de Evidencia de Dynamed acerca de las FC(1) sugiere que los PC podrían ayudar a reducir el riesgo de dichas fracturas en adultos mayores que viven en instituciones, pero no en adultos mayores que viven en la comunidad. (DynaMed Level 2*)
Esta recomendación se basa en una revisión sistemática Cochrane publicada en 2014(2) de 19 ensayos aleatorizados (ECA) o cuasialeatorizados, de calidad baja a moderada por limitaciones metodológicas, que compararon el uso de PC frente a la ausencia de PC para la prevención de FC por caídas al año en aproximadamente 17.000 adultos mayores. El seguimiento fue de 6 a 28 meses para los estudios de adultos mayores residentes en la comunidad y de 6 a 24 meses para los adultos mayores residentes en instituciones. En comparación con la ausencia de PC al año, los PC se asociaron con:
- Ninguna diferencia estadísticamente significativa en el número de caídas por cada 1.000 personas en el análisis de 16 estudios con 11.204 adultos.
- Reducción de FC en personas mayores residentes en instituciones según un análisis de 14 estudios con 11.808 adultos.
- Cociente de riesgos: 0,82 (Intervalo de Confianza [IC] del 95 %: 0,67-1) (NNT: 93 con una tasa de fracturas del 6 % en los controles).
- Resultados significativos sólo en el análisis de 9 ensayos aleatorizados por grupos; sin diferencia estadísticamente significativa en 5 ensayos aleatorizados individuales, en su mayoría de baja calidad.
- Sin diferencia estadísticamente significativa en las FC en adultos residentes en la comunidad según un análisis de 5 estudios con 5.614 adultos.
La incidencia de eventos adversos, como irritación cutánea, osciló entre el 0 % y el 5 % en 12 estudios con 6.600 adultos. La adherencia al uso de PC osciló entre el 24 % y el 80 % en un análisis de 19 estudios con 8.000 adultos.
Los autores concluyeron que, los PC probablemente reducen el riesgo de FC cuando se proporcionan a las personas mayores institucionalizadas, sin impacto en la frecuencia de las caídas. Sin embargo, los PC pueden aumentar levemente el riesgo de fracturas de pelvis. Comentan que la aceptación y el cumplimiento deficientes por parte de las personas mayores a las que se les ofrecieron PC supone una barrera a su uso y que se requiere una mejor comprensión de los factores personales y de diseño que pueden influir en la aceptación y el cumplimiento.
Los autores de una revisión paraguas más reciente (año 2024), de 6 metaanálisis sobre la eficacia de los PC para reducir las FC y las caídas en comunidades y/o instituciones(3) concluyeron igualmente que, los PC son eficaces para prevenir las FC en personas mayores institucionalizadas, pero no en personas mayores que viven en la comunidad, (Riesgo Relativo [RR] = 0,70;[IC del 95 %: 0,58 a 0,85; p < 0,001) (RR = 1,12; IC del 95 %: 0,94 a 1,34; p = 0,20), y no redujeron las caídas (RR = 1,01; IC del 95 %: 0,90 a 1,13; p = 0,89).
Asimismo, la Red Europea para la seguridad de las personas mayores (EUNESE, por sus siglas en inglés) en su boletín informativo sobre la prevención de las caídas en las personas de edad avanzada(4), proponen como medida preventiva el uso de PC y recomendación de uso en ancianos que vivan en residencias.
En nuestro contexto sanitario, encontramos que la Guía de buenas prácticas de prevención de caídas de la Junta de Castilla y León(5) incluye los PC como una intervención para reducir el riesgo de FC entre los adultos en riesgo de caídas e institucionalizados.**
Un consenso de profesionales sobre intervenciones no farmacológicas efectivas para prevenir la FC por fragilidad en Atención Primaria(6) con respecto a los PC hacen las siguientes recomendaciones**:
- En los mayores con riesgo elevado de FC, en especial a los institucionalizados, se les recomienda el uso de PC, siempre que los acepten y los utilicen de manera adecuada.
- Los efectos adversos relativos al uso de PC son leves y poco frecuentes y, por consiguiente, no limitan su recomendación.
- Se recomienda el uso de PC de dos caras en los ancianos institucionalizados.
- El uso de PC debe considerarse como una intervención a tener en cuenta en pacientes institucionalizados, así como en los no institucionalizados pero con alto riesgo de fracturas.
- El uso de PC no implica una disminución en el número de caídas en los pacientes de riesgo.
- Las razones aducidas para la falta de adherencia al uso de PC fueron, por grado de importancia: la falta de comodidad, la dificultad referida por los usuarios de absorbentes y la necesidad de ayuda para ponerlos. La preocupación por el aspecto estético o el esfuerzo físico adicional al usar PC, no fueron motivos que se asociaron con la adherencia.
- Proporcionar educación sanitaria acerca del uso de estos protectores, por parte del profesional de enfermería, no tiene ningún valor añadido a la hora de aumentar su adherencia (aunque esto requeriría de estudios más amplios).
Finalmente comentar que la Guía de Práctica Clínica sobre Osteoporosis y Prevención de Fracturas por Fragilidad del Servicio Nacional de Salud(7) (han transcurrido más de 5 años desde su publicación), también recomendaba el uso de PC a los mayores con elevado riesgo de fractura, en especial, a los que viven institucionalizados siempre y cuando las personas acepten usarlos y se apliquen de manera adecuada.
*La evidencia de nivel 2 (nivel medio) representa resultados de investigación que abordan resultados clínicos y demuestran algún método de investigación científica, pero no cumplen con los criterios de calidad para alcanzar el Nivel 1.
**Consultar nivel de evidencia y grados de recomendación en texto original.


