En el banco de preguntas clínicas de Preevid se han identificado tres respuestas(1-3) similares a la cuestión planteada. Todas coinciden en que no existe evidencia que justifique el uso de tapetes adhesivos (TA) en la entrada de áreas críticas como quirófanos, unidades de cuidados intensivos o salas de trasplantes.
Tras revisar la documentación más actualizada, se continúan recomendando otras medidas más eficaces para reducir la contaminación ambiental y el riesgo de infección en zonas de alto riesgo, como es el caso de la correcta higiene ambiental, el uso de “presalas” con puertas automáticas y la implementación de sistemas de ventilación adecuados, ya que los TA presentan un impacto limitado sobre la incidencia de infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS).
Esto se respalda en la Guía de Práctica Clínica (GPC) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), sobre el control de infecciones ambientales en centros sanitarios(4), publicada en 2003 y actualizada en 2019. Dicha guía recomienda no emplear TA en la entrada de quirófanos o áreas de control de infecciones, dado que apenas logran minimizar la contaminación de los suelos y no reducen significativamente la tasa de IAAS. No obstante, se contempla una excepción para su uso durante obras de construcción, renovación, mantenimiento o demolición en centros sanitarios, ya que en estos casos pueden ayudar a reducir la intrusión de polvo en zonas asistenciales.
Por otra parte, otra GPC de los CDC sobre la prevención de la transmisión de agentes infecciosos en entornos sanitarios(5), publicada en 2007 y actualizada en 2024, recomienda evitar el uso de alfombras en pasillos y habitaciones, proponiendo en su lugar superficies lavables, como estrategia para minimizar la acumulación de polvo.
En nuestro contexto sanitario, hemos revisado dos guías de buenas prácticas sobre el control y la prevención de infecciones nosocomiales(7,8), y ambas coinciden en no recomendar el uso de TA en zonas de acceso a las áreas quirúrgicas, pues expresan que los TA no logran reducir la carga microbiana en el calzado o las ruedas de camillas, ni el riesgo de infección quirúrgica.
En contraposición a la información anterior, los autores de un estudio primario publicado en 2016, consideran que los TA podrían ser eficaces para reducir la contaminación hospitalaria. Este estudio se centró en el efecto de los TA sobre el control de infecciones nosocomiales en el Hospital de Quemados de Motahary(6), para ello, se analizaron 60 suelas de calzado antes y después de su contacto con TA. Se identificaron microorganismos patógenos como Staphylococcus aureus, Aspergillus fumigatus, Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter baumannii en porcentajes elevados antes del contacto con TA. Tras el contacto, se observó una disminución notable en el número total de colonias aisladas (de 2573 a 830), con una reducción del 56 % en microorganismos como estafilococos coagulasa negativos y bacilos grampositivos (p < 0,001).
No se han identificado otros estudios relevantes posteriores a las actualizaciones de las GPC de los CDC.


