La documentación revisada señala que, aunque el entrenamiento del suelo pélvico (ESP) puede aportar ciertos beneficios en el manejo de la disfunción eréctil (DE), la evidencia disponible es heterogénea y se necesitan estudios adicionales rigurosos y protocolos estandarizados para definir con mayor precisión su papel y eficacia. En general, el ESP suele integrarse dentro de estrategias terapéuticas más amplias, y su efecto aislado sobre la DE resulta menos concluyente.
Esta síntesis se ha elaborado a partir de las revisiones sistemáticas (RS) más recientes:
La RS más actual, publicada en 2025, es un metaanálisis -12 ensayos controlados aleatorizados (ECA) con 818 hombres adultos- sobre los efectos y factores moderadores del entrenamiento físico sobre la función eréctil en hombres adultos con DE diagnosticada(1). El análisis de subgrupos de los regímenes de ejercicio mostró que la combinación de ejercicio con intervenciones farmacológicas tuvo los efectos más significativos:
- Los ejercicios tradicionales asiáticos combinados con intervenciones farmacológicas demostraron la mejora más significativa (diferencia de medias [DM] 4,28; intervalo de confianza [IC] del 95%: 2,95 a 5,61; p < 0,001)
- Seguidos del ejercicio aeróbico combinado con intervenciones farmacológicas (DM: 3,04; IC del 95%: 1,15 a 4,92; p = 0,002)
- El ejercicio aeróbico combinado con ESP también mostró beneficios potenciales (DM: 4,79; IC del 95%: -1,21 a 10,79; p = 0,117), aunque los resultados no fueron estadísticamente significativos
- En cambio, el ejercicio aeróbico por sí solo no tuvo un efecto estadísticamente significativo sobre la función eréctil (DM: 1,34; IC del 95%: -0,92 a 3,59; p = 0,245).
Estos hallazgos sugieren, según los autores, que la combinación de ejercicio con tratamientos farmacológicos es la estrategia más eficaz para mejorar la función eréctil.
La siguiente RS con metaanálisis, publicada en 2024, incluye 7 ECA, (3 también incluidos en la RS anterior), sobre actividad física en hombres con DE que no recibían inhibidores de la fosfodiesterasa-5(2). En los resultados se halló que la diferencia de medias estandarizada (DME) estimada fue de 0,69 (IC del 95%: 0,37 a 1,02; p < 0,0001) para el impacto general de la actividad física. El análisis de subgrupos reveló DME de 0,81 (IC del 95%: 0,56 a 1,06; p < 0,00001) para el entrenamiento aeróbico por sí solo. Sin embargo, no se observó una mejoría significativa con el ESP (DME 0,03; IC del 95 %: −0,68 a 0,75; p = 0,93) ni con la combinación de entrenamiento aeróbico y de resistencia (DME 0,84; IC del 95 %: −0,41 a 2,09; p = 0,19). A diferencia de la RS de 2025, en ésta se observó una mejoría significativa con ejercicio aeróbico aislado, pero no con ESP ni con la combinación aeróbico + resistencia.
Los resultados de una RS publicada en 2023, sobre la eficacia de las intervenciones de fisioterapia en el tratamiento de la disfunción sexual masculina(3), mostraron que la fisioterapia es una intervención no farmacológica y no invasiva eficaz para el tratamiento de la DE. Según los autores, el ESP (con o sin biorretroalimentación), la electroestimulación y la actividad física han demostrado ser eficaces tanto como terapia individual como combinada. Han observado que la DE de diversas etiologías se beneficia de estos enfoques, aunque las intervenciones parecen tener mayor efecto en la DE de origen vascular. Sin embargo, debido a la amplia variabilidad de los protocolos, resulta difícil extraer conclusiones definitivas sobre la eficacia de cada protocolo y sobre el protocolo y la dosis exactos necesarios para obtener los mejores resultados.
En la última de las RS seleccionadas sobre la eficacia del ESP en el tratamiento de la DE(4), se incluyeron diez ECA y todos mostraron tasas de mejoría y curación comparables en respuesta al tratamiento. Los protocolos de ESP variaron significativamente en cuanto al contacto total con el terapeuta, las intervenciones concomitantes, la duración, frecuencia e intensidad del ESP. Los estudios incluidos presentaron una calidad metodológica de baja a moderada. Los autores concluyeron que el ESP parece eficaz para el tratamiento de la DE; sin embargo, no se ha identificado un protocolo de entrenamiento óptimo.
Finalmente, no se han encontrado sumarios de evidencia ni guías de práctica clínica que recomienden el ESP como tratamiento específico para la DE.


