En el momento actual, la limitada evidencia disponible no respalda el uso de suplementos de ácidos grasos omega-3 (AGO3) para el tratamiento de los síntomas nucleares del trastorno del espectro autista (TEA) en niños. Aunque hay estudios que encuentran que su utilización puede asociarse a beneficios modestos en algunos síntomas (fundamentalmente en niños pequeños) estos resultados no son concluyentes. En cuanto a su perfil de seguridad, los AGO3 no suelen asociarse a efectos secundarios graves; cuando se producen efectos secundarios, suelen consistir en síntomas gastrointestinales leves. Se consideran necesarios ensayos clínicos aleatorizados (ECA) adecuada calidad metodológica antes de recomendar su uso.
De nuestro contexto sanitario destacamos la actualización de la guía de práctica clínica (GPC) incluida en Guiasalud sobre la atención al TEA en Atención Primaria(1). En ella se comenta que el grupo elaborador de la guía “fue favorable a la vigilancia de los trastornos del sueño, y a informar a los padres y madres de la falta de evidencia de la relación del TEA con trastornos digestivos, así como la falta de efectividad de las dietas sin gluten y caseína, secretina, vitamina B6 + magnesio, ácidos grasos Omega-3, dimetilglicina y oxígeno hiperbárico, y terapias con antimicóticos y quelantes e inmunoterapia como tratamiento específico del TEA”.
Como recomendación establece que “Los y las profesionales deberán informar a los padres y madres de que actualmente no existe evidencia de la efectividad de las dietas libres de gluten y caseína, secretina, vitamina B6 + magnesio, ácidos grasos Omega-3, dimetilglicina y oxígeno hiperbárico, para el tratamiento específico de los TEA (recomendación A, B, revisada y modificada)*.”
En un informe de evaluación de tecnologías sanitarias(2) previo a la guía se recomendaba de forma concreta “No usar ácidos grasos omega 3 para controlar los problemas del sueño en niños, niñas y jóvenes con autismo.”
De GPC de otros ámbitos que han sido consultadas (seleccionadas en base a su más reciente publicación/actualización) extraemos que:
- En una GPC india(3) publicada en 2025 se hace referencia a que los AGO3 no producen cambios en el funcionamiento social y cognitivo.
- En la GPC del College of Paediatrics and Child Health de Singapur sobre el TEA(4), al abordar el papel de las terapias de medicina complementaria y alternativa se incluye un listado con aquellas que no se recomiendan como tratamiento para los síntomas principales del autismo en niños y adolescentes y en él se incluyen los AGO3. Como recomendación concreta plantea que no se recomienda el uso de AGO3 en ninguna forma o combinación (incluso con fosfatidilserina) como tratamiento para los síntomas principales del autismo en niños y adolescentes. Se considera necesaria más investigación para establecer sus posibles beneficios.
- En una GPC de la European Society of Child and Adolescent Psychiatry(5), actualizada en 2021, se afirmaba que, en ese momento, no existían medicamentos para tratar los síntomas "centrales" del autismo, y que los llamados tratamientos "alternativos" (neurofeedback, comunicación facilitada, entrenamiento de integración auditiva, AGO3, secretina, quelación, terapia de oxígeno hiperbárico, dietas de exclusión, etc.) no tenían cabida en el tratamiento del autismo.
- En otra GPC de NICE(6), también actualizada en 2021, se incluye un apartado con intervenciones para el autismo que no deberían utilizarse, como, por ejemplo, los AGO3 para el manejo de problemas de sueño en niños y jóvenes con autismo.
En el apéndice de la guía donde se recoge la nueva evidencia consultada para la actualización, en relación a la suplementación con AGO3, se menciona que 3 revisiones sistemáticas(7-9) evaluaron la evidencia de ECA sobre la suplementación con AGO3 en el autismo y que, aunque las tres revisiones sistemáticas se publicaron en 2017 e incluyeron un número similar de estudios y participantes, se observaron inconsistencias notables en los hallazgos sobre los resultados de comportamiento social y otros resultados evaluados. Por ejemplo, mientras que una de ellas(7) no reportó ningún efecto sobre la capacidad de respuesta social, otra(8) reportó un empeoramiento de las habilidades sociales y la tercera revisión reportó una mejora en la interacción social(9); añade que un ECA adicional(10) no encontró efecto de la suplementación con AGO3 sobre la comunicación social ni la motivación social.
El sumario de evidencia de UpToDate sobre medicina complementaria e integrativa en niños y adolescentes con TEA(11) sitúa a los AGO3 dentro de las terapias que tienen un beneficio desconocido, pero un riesgo bajo. Señalan los autores que, dados sus beneficios desconocidos, no recomiendan estas terapias para el tratamiento del TEA y que, en el caso de que los padres o cuidadores decidan usarlas, se realiza una monitorización de sus posibles efectos secundarios, y de las interacciones y los efectos sobre la terapia prescrita o recomendada.
En concreto sobre los AGO3 explican, al igual que se comentaba en la guía NICE, que las revisiones sistemáticas de ECA que evalúan el uso de AGO3 para el TEA han presentado resultados inconsistentes: la mayoría ha concluido que la suplementación con AGO3 no mejora los síntomas principales del TEA ni los síntomas asociados a este, pero es poco probable que sea perjudicial; sin embargo, citan un metaanálisis(12) que concluyó que la suplementación con AGO3 tuvo pequeños efectos beneficiosos sobre el lenguaje, los déficits sociales y los síntomas asociados (p. ej., falta de atención, irritabilidad, dificultades de comportamiento, cognición) aunque apuntan que sus hallazgos se ven limitados por la calidad de los estudios incluidos.
Añade el sumario que los efectos secundarios comunes de la suplementación con AGO3 incluyen malestar gastrointestinal (p. ej., náuseas, diarrea) aunque en los estudios realizados en TEA no se reportaron efectos secundarios importantes; que no existen pautas de dosificación específicas para los AGO3; y que en los estudios realizados en niños con TEA se han utilizado 1,3 y 1,5 g/día.
El sumario de evidencia de Dynamed sobre el TEA en niños y adolescentes(13), como sinopsis de la evidencia sobre la intervenciones dietéticas, establece que aquellas que incluyen suplementos de vitaminas y minerales, AGO3, dietas sin gluten y suplementos a base de hierbas parecen tener poco o ningún beneficio para los síntomas centrales del TEA en niños y adolescentes, aunque la evidencia se limita principalmente a ensayos pequeños o de baja calidad.
De forma similar, otro sumario de evidencia de Dynamed que revisa los usos y eficacia de los AGO3 y el aceite de pescado(14), en relación al TEA, expresa que la evidencia sobre el uso de AGO3 para el tratamiento del TEA sugiere que no tiene efectos sobre los síntomas conductuales, sociales o físicos en general, pero que se trata de evidencia no concluyente.
El sumario de evidencia de BMJ Best Practice sobre el TEA(15) propone no usar los AGO3 para controlar los problemas del sueño en niños y adolescentes.
De los resultados identificados en la búsqueda en las bases de datos de estudios se seleccionan además los siguientes tres documentos:
Una revisión paraguas de 2025(16) sobre el impacto de los suplementos de AGO3 en las manifestaciones clínicas de los TEA. Se incluyeron 7 metanálisis en la revisión (entre los cuales están los referenciados arriba) y se describe que:
- Los resultados no indicaron un impacto significativo de los AGO3 en el aislamiento social/letargo en participantes con TEA (tamaño del efecto [TE] -0,22; intervalo de confianza [IC] del 95 % -0,78-0,35; P = 0,45).
- El TE general de seis de los estudios incluidos indicó que no hubo una relación significativa entre la suplementación con AGO3 y el habla tartamudeante en participantes con TEA (TE -0,22; IC del 95 % -0,78, 0,35; P = 0,45). Sin embargo, el análisis de subgrupos según la edad reveló que el habla tartamudeante se redujo significativamente en los estudios realizados con niños ≤8 años (TE -0,30; IC del 95 % -0,55, -0,06; P = 0,02).
- Los resultados del metanálisis general indicaron que no hubo un efecto significativo de los AGO3 sobre la hiperactividad en participantes con TEA (TE -0,13; IC del 95 %: -0,48, 0,22; p > 0,05). No obstante, el análisis de subgrupos basado en la edad y la duración del estudio mostró reducciones significativas de la hiperactividad en participantes ≤8 años (TE = -0,30; IC del 95 %: -0,55, -0,06; p = 0,02) y en participantes que recibieron suplementación con AGO3 durante más de 14 semanas (TE -0,30; IC del 95 %: -0,55, -0,06; p = 0,02).
- No se observó ningún efecto significativo de los AGO3 sobre la irritabilidad (TE 0,09; IC del 95 %: -0,12, 0,30; P > 0,05).
- Los resultados no mostraron ningún efecto significativo de la suplementación con AGO3 sobre la estereotipia/comportamientos repetitivos (TE 0,01; IC del 95 %: -0,29; 0,31; P = 0,95). El análisis de subgrupos según las diversas dosis utilizadas en los metanálisis incluidos mostró que la suplementación con AGO3 con una dosis ≤1000 mg/día provocó un aumento significativo de la estereotipia/comportamientos repetitivos (ES 0,19; IC del 95 %: 0,03; 0,35; P = 0,02).
En otra revisión paraguas(17) sobre el papel de los patrones alimentarios y los suplementos nutricionales en el tratamiento de los trastornos mentales en niños y adolescentes, tras el análisis de los dos metanálisis que abordaban el uso de AGO en TEA, resume que la suplementación con AGO3 (ácido docosahexaenoico y/o ácido eicosapentaenoico) no mejora el rendimiento de los niños con TEA en comparación con el placebo y que, aunque la suplementación con ácidos grasos poliinsaturados (AGO3 y/u omega-6) se mostró superior al placebo o a una dieta saludable para reducir la comorbilidad de la ansiedad, también se asociaron con un empeoramiento de la calidad del sueño en comparación con una dieta saludable y no mostraron superioridad sobre el placebo en la reducción de la agresividad, la hiperactividad, el funcionamiento adaptativo, la irritabilidad, los intereses y comportamientos restringidos y repetitivos, y la comunicación en niños y adolescentes con TEA.
Por último, los autores de una revisión sistemática de 2025(18), que analizó los resultados de 11 estudios (5 de ellos ECA), concluyen que la suplementación con AGO3 podría mejorar los resultados cognitivos en niños con TEA, en particular la función ejecutiva, la memoria y la atención. Sin embargo reconocen que si bien los datos generales indican posibles ventajas, la variedad en los diseños de los ensayos, las dosis y las metodologías de evaluación y los pequeños tamaños muestrales limitan la capacidad de extraer conclusiones firmes. Consideran que se requieren estudios más amplios y bien controlados que utilicen metodologías estandarizadas para confirmar estos hallazgos.
*Ver en el texto completo de la guía.


