Uso de cookies Cerrar [X]

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación del usuario.

Las cookies utilizadas no contienen ningún tipo de información de carácter personal.

Si continua navegando entendemos que acepta su uso. Dispone de más información acerca de las cookies y cómo impedir su uso en nuestra política de cookies.

Murciasalud, el portal sanitario de la Región de Murcia Consejería de Sanidad Servicio Murciano de Salud Unión Europea
Buscar Secciones Cuenta
Cerrar
Acceso con DNIe Olvidé la contraseña Nuevo usuario

Métodos de descontaminación digestiva (DD)

Eméticos

Para inducir el vómito no deben utilizarse nunca los "viejos" eméticos (sulfato de cobre, solución salina saturada) debido al riesgo, incluso letal, que conllevan. La estimulación mecánica de la faringe presenta dos inconvenientes: no siempre provoca el vómito y el retorno gástrico que consigue es poco productivo. Puede utilizarse ante situaciones sin otro método alternativo.

Jarabe de ipecacuana (JI).

Es el emético de elección, por su eficacia, cuando está indicada la inducción del vómito. En España no está comercializado, por lo que requiere de la preparación mediante fórmula magistral (extracto de ipecacuana: 7 gramos; glicerina: 10 gramos; jarabe c.s.p. 100 ml), que tiene una actividad de aproximadamente 1 año, tras el cual hay que volver a reponerlo. Contiene varios alcaloides aunque su acción farmacológica se debe a dos de ellos, la cefalina y la emetina que constituyen el 90% del contenido total alcaloideo. Los dos alcaloides son absorbibles provocando la emesis por estimulación del centro del vómito. La emetina, además, es un irritante de la mucosa gástrica. Es muy eficaz en la inducción de la emesis ya que vomitan aproximadamente el 90% de pacientes al cabo de unos 23 minutos de haberlo administrado. Si no ha habido emesis con la primera dosis, puede repetirse una segunda y última dosis similar, a los 30 minutos de la primera (no deben repetirse las tomas de jarabe, ya que uno de sus ingredientes, la emetina, es cardiotóxica). El fracaso en la inducción del vómito sólo ocurre en un porcentaje bajo de pacientes y, en este caso, debe procederse al lavado gástrico o a la administración de carbón activado.

Modo de administración.
  • El JI se administra por vía oral y debe explicarse al paciente cual es el objetivo de esta medida terapéutica.
  • El enfermo puede estar sentado en una silla o en decúbito lateral izquierdo para minimizar el riesgo de broncoaspiración.
  • La dosis para adolescentes y adultos es de 30 ml (una cucharada sopera de jarabe) disueltos en un vaso de agua tibia (100 ml)
  • La dosis para niños son:
    • De 6-8 meses de edad: 5 ml en 50 ml de agua
    • De 9-18 meses de edad: 10 ml en 100 ml de agua
    • De 19 meses a 12 años de edad: 15 ml en 150 ml de agua

Recuerde que la complicación más frecuente es la broncoaspiración. Por tanto: "si no puede darse la ipecaucana en condiciones de seguridad respiratoria, es mejor abstenerse."

Indicaciones para su uso

Para administrarlo se han de cumplir las siguientes condiciones:

  1. paciente consciente y hemodinámicamente estable
  2. que la cantidad ingerida sea considerada como dosis tóxica
  3. con un intervalo desde la ingesta tóxica inferior a 2 horas.

Es también una indicación preferente la ingesta de fármacos mal absorbidos por el CA, como el hierro y el litio.

Este intervalo útil puede ser superior (hasta las 6-8 h) si la intoxicación es por antidepresivos tricíclicos u otros anticolinérgicos, salicilatos, fenotiacinas, opiáceos y fármacos de liberación retardada.

Contraindicaciones absolutas.
  • Intoxicaciones leves o ingesta de tóxicos que ya hayan provocado abundantes vómitos.
  • Niños menores de 6 meses
  • Pacientes muy obnubilados o en coma, con convulsiones previas o status convulsivo y/o con reflejo faríngeo defensivo ausente (alta probabilidad de broncoaspiración).
  • Ingesta de tóxicos claramente convulsivantes (isoniacida, estricnina).
  • En caso de ingesta de cáusticos y sustancias corrosivas en general.
  • Ingesta de aguarrás, otros disolventes o hidrocarburos (gasolina, etc.) a excepción de ingestas muy copiosas (2 mg/kg) o si se trata de disolventes vehiculizantes de otras substancias de alta toxicidad.
  • Estado de shock, de cualquier etiología.
  • Diátesis hemorrágica severa.
  • Co-ingesta de un objeto cortante.
  • Cianuro y otras sustancias de acción o efecto inmediato.
Contraindicaciones relativas (valorar riesgo-beneficio).
  • Ingesta de sustancias con efecto potencialmente proconvulsivo: antidepresivos cíclicos, anfetaminas, cocaína, teofilina y otros simpaticomiméticos.
  • Presunción de que el estado de conciencia estará mucho más disminuido cuando empiece el efecto emético de la ipeca (20-25 minutos después de su administración), debido a que mientras tanto el tóxico se va absorbiendo, produciéndose la disminución del nivel de consciencia.
  • Intoxicaciones en que la ipeca por su efecto emético puede dificultar la administración de un antídoto o tratamiento considerado más eficaz (Ejemplo: NAC oral en intoxicación por paracetamol).
  • Pacientes con trastornos de la deglución o estenosis esofágica.
  • Gestación avanzada.

Apormofina

La apomorfina es otro fármaco emético que prácticamente ha caído en desuso, ya que, con una eficacia parecida a la ipecacuana (en cuanto a porcentaje de pacientes que vomitan), ofrece menos seguridad por efectos adversos potencialmente importantes (depresión del SNC, en especial el centro respiratorio, que puede ser revertida con naloxona). Para algunos autores mantiene una indicación muy puntual y limitada en nuestro medio: utilización precoz (menos de 1 hora) en la intoxicación por paraquat, que por su gravedad precisa un rescate digestivo inmediato mucho más rápido que el obtenido por la ipeca (25 minutos) o el lavado gástrico. Una dosis de 0,05-0,1 mg/kg de apomorfina, hasta un máximo de 6 mg por vía subcutánea, provoca una emesis repetida que se inicia a los 3-6 minutos de su administración.