Sombrero de 5-10 cm de diámetro, al principio convexo y luego aplanado y ondulado, de color amarillo azufre con la parte central con fibrillas o escamas. Láminas de color amarillento y pie cilíndrico, fibroso, del mismo color que el sombrero. Carne compacta, blanco amarillenta, de sabor agradable. Crece desde mediados de otoño en bosques de coníferas. Las variedades de esta seta (T. auratum, T. aestuans y T. sulphureum) que crecen en los pinares de suelo arenoso, en las zonas litorales, son las implicadas en la mayoría de los casos de intoxicación, que aunque poco frecuentes se han descrito en Europa 18 casos de fallecimientos hasta el año 2009. Por todo ello se prohibió la venta y comercialización de esta seta en diversos países, entre ellos España.
Se desconoce la toxina responsable de la lesión de la fibra muscular estriada (rabdomiólisis) aunque se han aislado metabolitos de las Tricholoma sp (triterpenoides, esteroles, indoles y compuestos acetilenicos). De hecho se trata de una seta comestible que sólo es tóxica tras consumos repetidos de cantidades considerables.
Los primeros síntomas aparecen a los 2 ó 3 días del consumo y consisten en mialgias en extremidades inferiores acompañadas de debilidad muscular, fatiga, sudoración profusa y fiebre. Puede aparecer eritema facial, náuseas y vómitos. La analítica muestra un aumento de la creatinfosfocinasa (CPK) sérica y en algunos casos se evidencian signos de afectación renal. La elevación de la CPK, junto a un test positivo de ortotoluidina, hacen sospechar el diagnóstico y el color negruzco de la orina (como consecuencia de la interacción de la proteína de Tamm-Horsffall con la mioglobina) lo confirma.
En los casos más graves pueden observarse signos de afectación cardiaca por miocarditis (disnea, arritmias o shock cardiogénico).
Debe ser sintomático, de soporte y precoz ya que no hay terapéutica específica para esta intoxicación. Los pacientes deben quedar hospitalizados para realizar profilaxis del fracaso renal mediante reposición de volemia con suero salino fisiológico, seguida de diuresis forzada alcalina. El esquema sería el siguiente:
El objetivo es mantener una diuresis de 500 ml/h y pH urinario > 7,5.
Repetir este ciclo las veces que sea necesario, añadiendo bolo de 10-20 mEq de bicarbonato sódico si el pH en orina es < 7,5 (control cada 1-2 horas). Control estricto de la PVC y del nivel de potasio. Suspender la alcalinización si aparece clínica de alcalosis metabólica grave o pH en sangre > 7,50 o exceso de bases > 10 mmol/L.
El ingreso en UCI está indicado en los casos graves (disnea, miocarditis o insuficiencia renal). El uso de técnicas continuas de reemplazo renal (hemodialfiltración veno-venosa) es muy útil en los casos de insuficiencia renal instaurada a pesar de fluidoterapia correcta, para aclarar la mioglobulinemia.