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Medidas de apoyo a las funciones vitales, soporte metabólico y tratamiento sintomático: Vía aérea. Soporte respiratorio.Mantenimiento de la función ventilatoria: ventilación y oxigenación

La causa más frecuente de hipoventilación es la depresión del centro respiratorio por efecto de fármacos hipnosedantes, alcohol etílico, opiáceos o disolventes clorados, que producen la ya comentada caída hacía atrás de la lengua con la consiguiente obstrucción de la hipofaringe. También puede deberse a crisis convulsivas de repetición que conducen inexorablemente a ella.

La hipoxemia puede ser secundaria a la hipoventilación o obedecer a diversas complicaciones sobre el aparato respiratorio (broncoaspiración y neumonía, atelectasia o edema agudo de pulmón) o a efectos del propio tóxico (heroína, paraquat) que producen edema agudo de pulmón no cardiogénico con alteraciones de la ventilación-perfusión o efecto shunt. Hay otras causas de hipoxia hística sin hipoxemia, como son el bloqueo en el transporte de oxígeno por formación de carboxi o metahemoglobinemia, o la interrupción de la respiración mitocondrial por presencia de ácido sulfhídrico o cianhídrico.

El tratamiento inmediato de la hipoventilación central es la respiración asistida con AMBU® y, si se requiere, intubación traqueal y ventilación mecánica. Se dispone de antídotos (ver apartado antídotos) que pueden revertir la hipoventilación secundaria a una sobredosis de opiáceos (naloxona) o de benzodiacepinas (flumazenilo). Los llamados analépticos respiratorios, incluyendo la aminofilina, son considerados obsoletos y están claramente contraindicados.

El tratamiento de la hipoxemia va, desde la oxígenoterapia, aplicada por los métodos convencionales (mascarilla Ventimask®), hasta la ventilación mecánica con PEEP. La broncoaspiración justifica una antibióticoterapia que, si no existen factores que hayan modificado la flora orofaríngea (trastornos digestivos, estancia hospitalaria superior a 48 horas), puede iniciarse con amoxicilina-clavulánico o clindamicina.

En ocasiones, el oxígeno es un antídoto de extraordinario valor, que debe ser aplicado de forma muy temprana, como es el caso de las intoxicaciones por monóxido de carbono (CO), metahemoglobinizantes, ácido sulfhídrico o ácido cianhídrico.