Aunque no parece haber un claro consenso, la documentación consultada muestra una tendencia a no recomendar la realización de ecografía renal en los recién nacidos con arteria umbilical única aislada.
Según una respuesta publicada en Preevid en 2014(1), no estaba claro si en recién nacidos con arteria umbilical única (AUU) aislada (no asociada a otras malformaciones) había que realizar estudios de imagen para descartar malformaciones no detectadas previamente. Se argumentaba que algunos estudios ponían en duda la necesidad de realizar pruebas de imagen adicionales.
El sumario de evidencia (SE) UpToDate sobre la AUU(2) comenta que las opiniones en cuanto al valor del cribado posnatal de anomalías renales en los bebés diagnosticados antes del nacimiento de AUU aislada son variables. Añade que, en general, los estudios han encontrado que el desarrollo físico y neurológico a largo plazo de los niños con AUU aislada es similar al de aquellos no afectados.
En su SE sobre el manejo de las alteraciones umbilicales de los niños(3), UpToDate explica que, si no se han detectado prenatalmente, es poco frecuente los niños con AUU presenten anomalías clínicamente significativas y, por ello, no se recomienda realizar imágenes posnatales de rutina en bebés sanos con AUU.
También su SE sobre la evaluación del recién nacido(4) menciona que es bajo el riesgo de que existan anomalías significativas en los niños con AUU aislada. Sus autores afirman que, si no se identifica ninguna otra anomalía, ellos no realizan más pruebas de imagen en estos bebés.
No hemos encontrado información al respecto en los SE de DynaMed ni BMJ Best Practice.
Entre las recomendaciones de una guía de práctica clínica (GPC) de 2015 de la Sociedad Danesa de Medicina Fetal(5) se indicaba que los niños que nacían con AUU aislada, sin otros hallazgos, no necesitaban una atención especial por el pediatra (recomendación grado B* del sistema Oxford). Según este documento, los resultados a largo plazo de los niños con AUU aislada eran los mismos que los de aquellos nacidos con 3 vasos en el cordón umbilical (evidencia de nivel IIb*).
En esta misma línea, otra GPC australiana, más reciente (2025)(6), indica que la presencia de AUU de manera aislada, sin estar asociada a otras anomalías, habitualmente no debe ser motivo de preocupación.
En nuestro contexto sanitario se han consultado los protocolos de la Asociación Española de Pediatría. El dedicado a la evaluación de la función renal del recién nacido(7) menciona que la ecografía vesical y renal con Doppler deben formar parte del examen en el neonato en el que sospeche enfermedad renal. Aunque este documento no aborda específicamente el manejo del niño con AUU aislada, comenta que la presencia de AUU podría hacer sospechar la existencia de anomalías congénitas renales.
En la información para pacientes de la web Salud y Familia de la Asociación Española de Pediatría(8) se explica que la realización de ecografías en el bebé con AUU aislada varía según los protocolos de cada hospital.
Finalmente, comentar que los autores de un estudio retrospectivo publicado en 2019(9) consideran que habría que realizar ecografía del tracto urinario en los niños con AUU aislada que presentan infección del tracto urinario. Se excluyeron aquellos embarazos con gestación múltiple, anomalías cromosómicas o estructurales, restricción del crecimiento fetal y parto pretérmino. Se compararon 729 niños con AUU aislada frente a 226.870 sin AUU, con un seguimiento máximo fue de 18 años. La hospitalización por al menos una infección del tracto urinario en el grupo de AUU aislada fue del 1,8% y en el grupo control del 0,6% (odds ratio 2,854, intervalo de confianza del 95% 1,645-4,952).
*Según el sistema Oxford.


