Se han revisado sumarios de evidencia (SE) y guías de práctica clínica (GPC) sobre lactancia materna y alimentación en niños prematuros, sin encontrar recomendaciones específicas respecto al estado de la leche materna, ya sea fresca o congelada.
Los pocos estudios disponibles —una revisión sistemática, un estudio de cohortes y un protocolo de ensayo clínico aleatorizado— que comparan la alimentación con leche materna congelada (LMC) frente a leche materna fresca (LMF) en esta población, no se consideran evidencia suficiente para establecer conclusiones sólidas. Los autores coinciden en que se requieren más ensayos clínicos aleatorizados (ECA) que aborden las diversas situaciones clínicas que pueden presentarse en niños prematuros.
Una revisión sistemática (RS) acerca de la transmisión del citomegalovirus (CMV) a través de la leche materna (LM) en lactantes de bajo peso al nacer y en prematuros(1), incluyó 18 estudios con 1.920 lactantes. La tasa de infección por CMV transmitida por LM en lactantes alimentados con LMF fue significativamente mayor que en aquellos alimentados con LMC (19,3 %, intervalo de confianza (IC) del 95 % = 11,8-29,9 % frente a 13,5 %, IC del 95 % = 8,0-22,0 %, p < 0,01). Según los autores, estos hallazgos sugieren, una mayor tasa de infección por CMV en los bebés alimentados con LMF. Afirman también, que se necesitan estudios sobre las consecuencias a largo plazo de la infección por CMV transmitida por LM para determinar la mejor práctica de alimentación.
Por otro lado, un estudio piloto de cohortes prospectivo multicéntrico(2) y un protocolo de ECA, multicéntrico, doble ciego(3), propuestos por el mismo grupo investigador, analizan si la incidencia de enterocolitis necrosante (ECN) se reduce en bebés prematuros nacidos con < de 30 semanas de gestación, utilizando LMF.
En el estudio piloto de cohortes(2), se evaluó la viabilidad, la seguridad y el impacto de alimentar a lactantes prematuros (<30 semanas de gestación) con LMF dentro de las 4 horas posteriores a la extracción. Se alimentaron 109 lactantes del grupo control (LMC) y 98 del grupo de intervención (LMF); solo el grupo de intervención recibió LMF una vez al día desde el reclutamiento hasta las 32 semanas de edad corregida. En el grupo de intervención, el 87,5 % (98/112) de las madres pudieron proporcionar al menos una toma de LMF al día. No se reportaron incidentes ni incumplimiento del protocolo. La duración de la ventilación mecánica y el uso de nutrición parenteral total fueron más cortos en el grupo de intervención que en los controles (P < 0,01), pero la duración de la estancia hospitalaria fue similar (P= 0,57). Los autores concretaron que aunque el estudio podría tener poca potencia estadística, el grupo de intervención tuvo tasas no ajustadas más bajas de: ECN ≥ estadio 2 o mortalidad (8 % frente a 20 %, P = 0,04), sepsis (22 % frente a 38 %, P = 0,02), retinopatía del prematuro (17 % frente a 39 %, P < 0,01) y displasia broncopulmonar (32 % frente a 47 %, P < 0,01) que el control. Para los autores, estos resultados indicaron que la alimentación con LFM una vez al día fue segura, factible y puede reducir la morbilidad.
El ECA, prospectivo multicéntrico, doble ciego(3) según el protocolo incluirá a bebés nacidos con <30 semanas de gestación ingresados en una de las 29 unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN) de China. Los lactantes del grupo de intervención (LMF) (n = 1549) recibirán al menos dos tomas diarias (dentro de las 4 horas posteriores a la extracción) desde el momento de la inscripción hasta las 32 semanas de edad corregida o el alta a domicilio. Los lactantes del grupo de control (n = 1549) recibirán LMC, siguiendo los protocolos estándar vigentes. Tras obtener el consentimiento informado, los lactantes inscritos serán asignados aleatoriamente a los grupos de control o intervención. El resultado primario es el resultado compuesto de mortalidad o ECN ≥ estadio 2 a las 32 semanas de edad corregida. Los resultados secundarios son mortalidad, ECN ≥ estadio 2, ECN que requiere cirugía, sepsis de inicio tardío, retinopatía del prematuro, displasia broncopulmonar, aumento de peso, cambio de peso, aumento de la talla, aumento del perímetro cefálico, tiempo hasta la alimentación enteral completa y, finalmente, el número y tipo de informes de incidentes críticos, incluyendo errores de alimentación. Los autores del ECA, esperan que los resultados impacten en las políticas internacionales de alimentación para lactantes prematuros en las UCIN.


