En base a la revisión de la evidencia obtenida, se sugiere que el inicio de la alimentación complementaria (AC) se realice a partir de los 4-6 meses de vida del bebé nacido a término y que la introducción de alimentos potencialmente alergénicos no debería retrasarse, sino introducirlos precozmente en pequeñas cantidades y una vez tolerado, mantenerlo en la dieta habitual para prevenir las alergias alimentarias.
El sumario de evidencia (SE) de Uptodate sobre la introducción de alimentos altamente alergénicos a los bebés(1), indica que para todos los lactantes, independientemente del riesgo alérgico, no se debería retrasar la introducción de alimentos complementarios altamente alergénicos (p. ej., productos de leche desnatada en polvo, cacahuete, huevo de gallina cocido, soja, trigo, frutos secos, sésamo, pescado y mariscos) una vez iniciada la AC ( Grado 2C )*. Los datos más sólidos disponibles sobre la introducción temprana corresponden al cacahuete y al huevo, y el mayor potencial de beneficio con este enfoque se encuentra en los lactantes de alto riesgo.
Señala que los bebés deberían tener al menos cuatro meses de edad, tener la madurez fisiológica adecuada a su edad y haber tolerado algunos alimentos complementarios menos alergénicos. Se deberían utilizar presentaciones de estos alimentos seguras para bebés. No es necesario realizar pruebas antes de la introducción. Asimismo, los autores recomiendan incorporar el alimento a la dieta habitual una vez introducido, con el objetivo de mantener un consumo mínimo semanal, ya que una exposición más frecuente puede ayudar a mantener la tolerancia.
La guía de práctica clínica (GPC) de la Generalitat de Catalunya, publicada en 2022(2), refiere que el orden de incorporación de los alimentos complementarios no es relevante, y actualmente no existe ninguna justificación científica para retrasar la incorporación de determinados alimentos, tampoco los potencialmente alergénicos ni los que contienen gluten. La oferta de nuevos alimentos se tendría que hacer de una manera progresiva, en pequeñas cantidades, observando la tolerancia. Los autores de la GPC ofrecen una tabla a modo de información orientativa sobre el calendario de incorporación de alimentos.
La GPC sobre alergia alimentaria y anafilaxia de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI, por sus siglas en inglés)(3), en la actualización de 2020, sugiere*:
- Introducir huevo bien cocido, pero no huevo crudo o huevo pasteurizado sin cocer, en la dieta infantil como parte de la AC.
- En poblaciones con alta prevalencia de alergia al cacahuete, sugiere introducir el cacahuete de forma apropiada para la edad como parte de la AC. Según los estudios, parece que la edad idonea para introducir el huevo y el cacahuete es de los cuatro a los seis meses de vida.
- El Grupo de Trabajo de la EAACI sugiere NO seguir las siguientes recomendaciones para la prevención de la alergia alimentaria:
- Evitar los alérgenos alimentarios en la dieta durante el embarazo o la lactancia;
- Utilizar fórmula de proteína de soja en los primeros seis meses de vida como medio para prevenir la alergia alimentaria.
Un informe recientemente publicado por este grupo de trabajo (de la EAACI) sobre las prácticas saludables de AC para la prevención de alergias en países desarrollados(4), refiere que es esencial individualizar el momento y la selección de alimentos apropiados, evitando la dependencia excesiva de fórmulas infantiles y alimentos comerciales para bebés, así como estilos de alimentación no recomendados, ya que la AC habitual contribuye al desarrollo del gusto, a las habilidades motoras orales apropiadas para la edad y a la prevención de enfermedades alérgicas, no solo mediante la introducción temprana de alérgenos alimentarios, sino también a través de su impacto en un desarrollo microbiano intestinal saludable y diverso, una maduración inmunitaria saludable y propiciar una mejor tolerancia de las mucosas.
- Alrededor de los seis meses, pero no antes de los cuatro meses, comenzar a introducir una variedad de alimentos sólidos, priorizando alimentos ricos en hierro, mientras el bebé continúa amamantándose.
- A todos los bebés se les debería dar alimentos sólidos alergénicos, como mantequilla de cacahuete, huevo cocido, lácteos y productos de trigo, durante el primer año de vida. Esto incluye a los bebés con alto riesgo de alergia.
- Las fórmulas infantiles hidrolizadas no se recomiendan para la prevención de enfermedades alérgicas.
En 2025, la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria, por consenso de profesionales indicó una recomendación de “No Hacer” respaldada por el Ministerio de Sanidad y publicada por Guiasalud(6) que propone textualmente:“En el inicio de la AC del lactante, no retrasar la introducción de alimentos potencialmente alergénicos (adaptados en su preparación, corte y/o cocinado), ni siquiera en niños atópicos o con antecedentes familiares de alergia alimentaria”. Los autores mencionan que persisten recomendaciones obsoletas que retrasan la introducción de alimentos potencialmente alergénicos, pese a la evidencia científica que demuestra que su introducción temprana (como cacahuete, huevo, trigo y leche de vaca) reduce el riesgo de alergias y episodios graves como la anafilaxia. Los beneficios son mayores en niños con eccema moderado-grave. Retrasar su exposición aumenta el riesgo de alergia. Además, se considera seguro ofrecerlos precozmente, ya que las reacciones en lactantes suelen ser menos graves que en niños mayores.
Varias sociedades científicas canadienses y estadounidenses (la Academia Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología; el Colegio Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología; y la Sociedad Canadiense de Alergia e Inmunología Clínica) publicaron en 2021, un consenso de profesionales sobre la prevención primaria de la alergia alimentaria a través de la nutrición(7), y explican que, el eccema se considera el mayor factor de riesgo para desarrollar alergia alimentaria mediada por IgE, pero los niños sin factores de riesgo aún desarrollan alergia alimentaria. Los expertos sugieren que:
- Para prevenir la alergia al cacahuete y/o al huevo, éstos deberían introducirse alrededor de los 6 meses de vida, pero no antes de los 4 meses.
- También deberían introducirse otros alérgenos en esta etapa.
- Tras la introducción de AC, los bebés deberían recibir una dieta variada, ya que esto puede ayudar a promover la prevención de la alergia alimentaria.
- El uso de fórmula hidrolizada durante el primer año de vida no ofrece ningún beneficio protector contra la alergia o la sensibilización alimentaria.
- No se recomienda la exclusión materna de alérgenos comunes durante el embarazo y/o la lactancia como medida para prevenir la alergia alimentaria.
- Aunque la lactancia materna exclusiva se recomienda universalmente para todas las madres, no existe una asociación específica entre la lactancia materna exclusiva y la prevención primaria de ninguna alergia alimentaria específica.
Los autores del documento de posición del Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN, por sus siglas en inglés), sobre la introducción de la AC(8), refieren centrarse en lactantes a término sanos en Europa y hacen las siguientes recomendaciones:
- A los bebés se les debería ofrecer alimentos con variedad de sabores y texturas, incluyendo verduras de hoja verde de sabor amargo.
- Se recomienda continuar con la lactancia materna junto con la AC. La leche entera de vaca no debería utilizarse como bebida principal antes de los 12 meses de edad.
- Se pueden introducir alimentos alergénicos al iniciar la AC en cualquier momento después de los 4 meses. A los bebés con alto riesgo de alergia al cacahuete (aquellos con eccema grave, alergia al huevo o ambas) se les debe introducir el cacahuete entre los 4 y los 11 meses, tras la evaluación de un especialista debidamente capacitado.
- Se puede introducir el gluten entre los 4 y los 12 meses, pero se debe evitar el consumo en grandes cantidades durante las primeras semanas tras la introducción del gluten y posteriormente durante la infancia.
- Todos los bebés deben recibir AC ricos en hierro, incluyendo productos cárnicos o alimentos fortificados con hierro.
- No se debe añadir azúcar ni sal a la AC.
- Se deben evitar los zumos de frutas y las bebidas azucaradas.
Una revisión sistemática con metaanálisis, sobre la introducción de alimentos alergénicos antes de los 12 meses de edad y su efecto en el desarrollo de enfermedades alérgicas y autoinmunes(9), incluyó 12 ensayos clínicos aleatorizados (ECA). Se encontró evidencia de certeza alta a moderada que sugería que la introducción temprana de alimentos que contienen alérgenos reduce el riesgo de alergias alimentarias múltiples (4 ECA, 3.854 participantes, riesgo relativo [RR] 0,49, intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,33 a 0,74), huevo (8 ECA, 5.193 participantes, RR 0,58, IC del 95%: 0,44 a 0,78), cacahuete (3 ECA, 4.183 participantes, RR 0,31, IC del 95%: 0,17 a 0,54) y dermatitis atópica (DA) o eccema (4 ECA, 3.579 participantes, RR 0,88, IC del 95%: 0,78 a 1,00). Efectos sobre otras alergias alimentarias, (como la alergia a la leche, el trigo y el pescado); las enfermedades autoinmunes y la sensibilización alimentaria son muy inciertas y se basan en evidencia de certeza baja y muy baja.
En otra RS con metaanálisis publicada en el mismo año (2024), sobre los efectos de la dieta temprana en la prevalencia de enfermedades alérgicas en niños(10), se seleccionaron un total 54 estudios, de los cuales 10 fueron ECA que evaluaron a 6.208 participantes y 44 estudios observacionales que incluyeron a 167.795 participantes. Los autores encontraron que, en comparación con > 6 meses, la introducción temprana de huevos (≤ 6 meses de edad) podría reducir el riesgo de alergias alimentarias en niños en edad preescolar < 6 años (odds ratio [OR] 0,65; IC del 95%, 0,53, 0,81), pero no tuvo efecto sobre el asma o la DA. El consumo de pescado entre los 6 y los 12 meses podría reducir el riesgo de asma en niños (de 5 a 17 años) en comparación con su introducción tardía, después de los 12 meses (OR: 0,61; IC del 95 %: 0,52-0,72). Además, la introducción de alimentos alergénicos a los ≤6 meses de edad, en comparación con los mayores de 6 meses, fue un factor protector del riesgo futuro (niños ≤10 años) de DA (OR: 0,93; IC del 95 %: 0,89-0,97).
La información que ofrece la web de Salud en familia de la Asociación Española de Pediatría(11) recomienda introducir los alimentos de uno en uno, con intervalos de unos días, para observar la aceptación y tolerancia. No se debe añadir sal, azúcar, ni edulcorantes, puesto que el bebé debe acostumbrarse a los sabores naturales de los alimentos. En cuanto a los alimentos potencialmente alergénicos, expresa que no existe evidencia de que retrasar la introducción de alimentos potencialmente alergénicos (huevo, pescado, algunas frutas...) más allá de los 6 meses prevenga del desarrollo de la alergia a estos. Por el contrario, hay estudios que sugieren que la introducción precoz de estos alimentos en pequeñas cantidades puede disminuir la aparición posterior de alergia.
*Consultar el grado de recomendación en texto original.


