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Prevención suicida
Los factores de riesgo no determinan que una persona vaya a intentar suicidarse, pero sí son características y situaciones que aumentan la probabilidad de que una persona pueda decidir terminar con su vida.
Conocerlos permite tomar medidas que permitan disminuir el riesgo.
Factores de riesgo personales
- Trastornos mentales que afectan al estado de ánimo.
- Abuso de alcohol u otras sustancias.
- Antecedentes de intentos de suicidio.
- Antecedentes familiares de intentos o suicidios consumados.
- Dolor crónico o enfermedad física grave.
Factores de riesgo socio-familiares
Son experiencias altamente estresantes o prolongadas en el tiempo, algunas de ellas tales
como:
- Pérdidas o separaciones de personas significativas en nuestras vidas.
- Pérdida del empleo, oportunidades de estudio, hogar, situación económica o miedo a que empeore.
- Familias muy problemáticas con mucha hostilidad y rigidez.
- Pérdidas de la salud, u hospitalizaciones, altas hospitalarias.
- Cambios de situaciones vitales como la pubertad o la vejez.
- Aislamiento, ausencia o pérdida de una red social de apoyo.
- Problemas con la ley o las normas, prisión.
- Problemas de relaciones con otras personas como violencia de género, acoso o intimidación.
- Traumas como violencia, malos tratos físicos o psíquicos, y/o abusos sexuales, guerras o desastres naturales.
- Exposición al suicidio de otra persona o suicidios sensacionalistas, suicidio por contagio.
Factores de la personalidad
Existen algunos rasgos de la personalidad que son factores predisponentes al suicidio. Estos
rasgos deben estar acompañados de otros factores de riesgo importantes para aumentar la
probabilidad. Los recogidos en la literatura científica entre otros son:
- Baja autoestima.
- Falta de control.
- Intolerancia a la frustración.
- Desesperanza.
- Timidez.
- Impulsividad.
- Agresividad o violencia.
- Pasividad, dependencia.
- Obsesión.
- Ansiedad e ira.
- Sensibilidad a la crítica de los demás.
- Falta de habilidades sociales
Los factores protectores para el suicidio son características que pueden ayudar a disminuir el riesgo de suicidio de una persona. Estos factores no eliminan la posibilidad de suicidio, pero su potenciación ayuda a prevenirlo. La capacidad con la que una persona hace frente a las adversidades de la vida o la habilidad para resolver problemas reduce la probabilidad de que dicha persona se sienta deprimida, ansiosa o desesperanzada. Algunos de los factores protectores relacionados con la conducta suicida son:
Factores de Protección Personales:
- Capacidad para resolver problemas y conflictos.
- Habilidades de comunicación.
- Valores positivos tales como el respeto, la solidaridad, la cooperación, la justicia y la amistad.
- Hábitos saludables de vida como comer sano, hacer ejercicio o higiene del sueño entre otras.
- Personalidad con apertura a nuevas experiencias.
- Tener confianza en uno mismo.
- Creencias religiosas, espiritualidad.
Factores de Protección Familiar:
- Buen apoyo familiar y social, con compañeros, amigos, el matrimonio.
- Tener hijos, más concretamente en las mujeres.
Factores de Protección Social:
- Disponer y recibir servicios eficaces de salud mental.
- Integración social.
- Tratamiento integral, permanente y a largo plazo en pacientes con trastornos mentales, con enfermedad física o con abuso de alcohol u otras drogas.
- Una pérdida reciente. Esto puede incluir la muerte de un miembro de la familia, un amigo o una mascota. Los niños pueden sentir que la separación o el divorcio de los padres, o una ruptura con el novio o la novia es como una profunda pérdida, además de la pérdida del empleo de uno de los padres, o que la familia pierda su casa.
- Un trastorno psiquiátrico, particularmente un trastorno del estado de ánimo, como depresión, trauma o un trastorno relacionado con el estrés.
- Intentos de suicidio anteriores aumentan el riesgo de otro intento de suicidio.
- Trastorno por consumo de alcohol u otras sustancias, así como también meterse en muchos problemas, tener problemas disciplinarios e involucrarse en comportamientos de alto riesgo.
- Tener dificultades relacionadas con su orientación sexual en un ambiente que no sea respetuoso o que no acepte dicha orientación. El problema no es si el niño es homosexual o la niña es lesbiana, sino si tiene dificultades en un entorno donde no los apoyan.
- Un historial familiar de suicidio es algo que puede ser realmente significativo y preocupante, como lo es también un historial de violencia doméstica, abuso o negligencia infantil.
- La falta de apoyo social. Un niño que no siente el apoyo de un adulto importante en su vida, así como tampoco de sus amistades, puede aislarse tanto que el suicidio le puede parecer la única salida a sus problemas.
- Bullying. Sabemos que ser víctima de bullying es un factor de riesgo, pero también hay cierta evidencia de que los niños que son acosadores pueden tener un riesgo alto también debido a la impulsividad.
- Acceso a productos y/o artículos letales, como armas de fuego y medicamentos.
- El estigma asociado a pedir ayuda. Una de las cosas que sabemos es que mientras más desesperadas y desamparadas se sienten las personas, tienen más probabilidad de elegir hacerse daño a sí mismas y terminar con su vida. Del mismo modo, si sienten mucha culpa o vergüenza, si sienten que no valen nada o tienen baja autoestima.
- Barreras para acceder a servicios. Las dificultades para recibir los servicios necesarios incluyen la falta de proveedores de servicio bilingües, medios de transporte no confiables y el alto costo de los servicios.
- Las creencias culturales y religiosas de que el suicidio es una manera noble de resolver un dilema personal.
Existen una serie de situaciones personales, familiares y sociales que disminuyen la probabilidad de aparición de pensamientos, intentos y/o conductas suicidas. es muy importante promover y reforzar estos factores para así prevenir la conducta suicida. Algunos factores protectores que se han propuesto son:
Factores de protección personales:
- Capacidad para resolver problemas y conflictos.
- Adecuada autoestima.
- Habilidades de comunicación.
- Valores positivos tales como el respeto, la solidaridad, la cooperación, la justicia y la amistad.
- Hábitos saludables de vida como comer sano, hacer ejercicio o higiene del sueño, entre otras.
- Personalidad con apertura a nuevas experiencias y capacidad de adaptarse al cambio.
- Tener confianza en uno mismo.
- Creencias religiosas, espiritualidad.
- Gestión adecuada de la frustración
Factores de protección socio-familiares:
- Buen apoyo familiar y social, con compañeros, amigos.
- Integración social. Tener una buena red de apoyo comunitario.
- Disponer y recibir servicios eficaces de salud mental.
- Tratamiento integral, permanente y a largo plazo en pacientes con enfermedades físicas, trastornos mentales o adicciones.
Factores de protección en el entorno educativo:
- Habilidades sociales: Capacidad para establecer y mantener una red social en el entorno escolar que permita el desarrollo adecuado del área social del alumno
- Vinculación emocional con personas de referencia en el contexto escolar. Relaciones vinculantes con personas de referencia como tutores, orientadores u otros profesores.
- Conocimiento de los alumnos por parte del profesorado para tener un seguimiento cercano de su desarrollo socioemocional y poder actuar de forma preventiva y temprana.
- Prevención del acoso escolar. Campañas de sensibilización y orientación en los centros escolares, que fomenten la tolerancia cero al acoso.
- Formación de los profesionales de la educación para mejorar la comunicación con los alumnos.
- Formación a educadores y personal escolar para conocer el tema del suicidio y su prevención.
- Promover la responsabilidad y la participación del alumnado en la vida del centro a través del desarrollo de proyectos que les permitan compartir decisiones que afecten a la vida del centro.
