De la documentación consultada se desprende que podría ser recomendable tratar a aquellos niños con ferropenia sin anemia que presenten síntomas sugestivos de etiología ferropénica y podría plantearse en los menores de 5 años asintomáticos. Sin embargo, no parece estar claro el beneficio del tratamiento de la ferropenia sin anemia en los niños y no existe consenso en cuanto a si debe o no ser tratada.
UpToDate, en su sumario de evidencia (SE) sobre el tratamiento de la ferropenia del adulto(1) afirma que todos los pacientes con anemia ferropénica y la mayoría de aquellos con ferropenia sin anemia deberían recibir tratamiento, independientemente de sus síntomas. Por ejemplo, no sería preciso el tratamiento en las porfirias cuando lo que se busca es una depleción de hierro o cuando se ha solventado la causa de una ferropenia asintomática sin anemia.
Sin embargo, en el SE sobre el tratamiento de la ferropenia en menores de 12 años(2), en el que se aborda el manejo de la anemia ferropénica, en cuanto a la ferropenia sin anemia únicamente comenta que en adultos con déficit de hierro pero sin anemia los estudios realizados han demostrado que la terapia oral con hierro a dosis relativamente bajas o administrada en días alternos es eficaz, mejor tolerada y produce una mayor absorción de hierro que las dosis más altas; añade que estas dosis alternas no han sido evaluadas en niños.
Según el SE de DynaMed sobre el tratamiento de la anemia ferropénica del adulto(3) no está claro el beneficio de tratar la ferropenia sin anemia. No obstante, podría ser beneficioso en ciertas poblaciones. El sumario indica que la ferropenia sin anemia se trate en los pacientes que presentan síntomas; que se ofrezca la suplementación a aquellos que tienen fracción de eyección reducida sintomática y embarazadas; que se considere la suplementación en los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal; también podría considerarse la suplementación en atletas, para evitar la progresión a anemia.
En el SE de DynaMed específico de niños(4) se menciona que la ferropenia puede afectar a los sistemas sensoriales, aprendizaje, comportamiento y memoria. Pero, aunque se aborda en detalle el manejo de la anemia ferropénica, al igual que sucede con UpToDate(2), no se hace referencia al manejo de la ferropenia sin anemia.
Según una guía de práctica clínica (GPC) estadounidense(5), todos los niños con ferropenia (con o sin anemia) deberían ser tratados con hierro (consenso 100%).
Otra GPC canadiense(6) refiere que la ferropenia y la anemia ferropénica en los niños se asocia con déficits motores y cognitivos que podrían ser irreversibles, y recomienda el tratamiento de la ferropenia en bebés y niños pequeños.
Una GPC polaca(7) y otra GPC de la European Hematology Association (EHA)(8) hacen recomendaciones sobre cómo tratar la ferropenia de los niños (con o sin anemia) y no plantean ningún supuesto en el que la ferropenia no deba ser tratada. La de la EHA(8) explica que los estudios controlados sobre los efectos de la ferropenia sin anemia en los niños son escasos y la mayoría proceden de países con bajos recursos en los que las condiciones socioeconómicas desfavorables podrían también dificultar el desarrollo cognitivo.
De la revisión panorámica realizada por el grupo de hematología del Swiss Pediatric Oncology Group para su consenso sobre el diagnóstico y tratamiento de la ferropenia con o sin anemia en niños(9) destacamos la siguiente información:
- En los preescolares (2-5 años) con ferropenia se han observado resultados modestos pero significativos tras la administración de suplementos de hierro en los síntomas psicomotores y del desarrollo cognitivo, pero únicamente en los niños anémicos, especialmente en lo que respecta al lenguaje, la atención visual y la atención selectiva.
- A pesar de una evidencia limitada a series de casos, la suplementación con hierro oral en niños con ferropenia sin anemia que tienen trastornos neurológicos (incluidos espasmos del sollozo y síndrome de piernas inquietas) podría resultar beneficioso, con un riesgo mínimo de efectos adversos. Podría analizarse caso por caso.
- En 2018, en base a la evidencia disponible, una GPC sobre el síndrome de piernas inquietas recomendaba el tratamiento con hierro en los niños con síndrome de piernas inquietas con ferritina por debajo de 50 mcg/L.
- Aunque el tratamiento universal con hierro en los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad no se recomienda, no se descarta que pudiera ser beneficioso en aquellos con ferropenia.
- La “pagofagia” (deseo y la acción de masticar hielo), que es muy específica de ferropenia, responde rápidamente al tratamiento con hierro.
Según este grupo, en el niño asintomático que solo tiene ferropenia se recomienda mejorar la ingesta de hierro en la dieta.
Una revisión sistemática sobre el hierro y su déficit realizada para el proyecto Nordic Nutrition Recommendations de 2023(10) señala que, debido a que los niños con anemia ferropénica presentan un desarrollo neurológico deficiente, la prevención de la anemia ferropénica en los niños pequeños debería ser una prioridad.
Según una revisión narrativa sobre la ferropenia en los niños menores de 5 años de la Asociación Española de Pediatría(11), publicada en 2011, pero aún vigente en su web, la ferropenia podía tener importantes efectos en la salud y el desarrollo en lactantes y niños, por lo que estaría indicado su tratamiento.
Explicaba que los datos disponibles sugerían que la ferropenia sin anemia podía tener una ligera repercusión en el desarrollo cognitivo del niño, especialmente si esta se daba en periodos clave del desarrollo. Sin embargo, esta relación no había sido estudiada tan profundamente como en los casos de anemia, por lo que la cuestión no estaba aún clara. En cuanto a las enfermedades infecciosas, se indicaba que un metaanálisis encontraba que la suplementación con hierro no estaba relacionada con la incidencia de enfermedades infecciosa; no obstante, en países en vías de desarrollo con alta prevalencia de malaria la suplementación se relacionaba con un aumento de la morbimortalidad de causa infecciosa, especialmente de niños con reservas óptimas. Algunas observaciones habían relacionado la ferropenia con las pausas de apnea del lactante y su reducción con el tratamiento con hierro. Respecto al crecimiento, algunos estudios habían observado mejoría del crecimiento en niños ferropénicos tras recibir suplementación, pero pudo haber otros factores que intervinieron en el efecto observado.
En una revisión narrativa sobre la ferropenia con y sin anemia del niño(12) se indica que el tratamiento con suplementos de hierro estaría indicado en aquellos casos de ferropenia sin anemia cque presentan síntomas claramente relacionados con la ferropenia.
Según otra revisión narrativa más reciente sobre la ferropenia en niños(13), no está claro si la ferropenia sin anemia de los niños debería ser tratada. Subraya que el tratamiento con hierro en los preescolares que presentan ferropenia sin anemia podría mejorar los niveles de hierro, pero no las puntuaciones cognitivas. También comenta que la evidencia sobre las consecuencias, prevención y tratamiento de la ferropenia sin anemia es inconsistente. Sobre el trastorno de déficit de atención e hiperactividad dice que aún no está claro si la ferropenia debería o no ser tratada. Menciona, además, que no hay consenso en cuanto a si la ferropenia sin anemia debería tratarse con consejo dietético o con hiero oral.


