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Vacunación estacional (gripe y COVID-19) temporada 2024-2025 - FAQ para ciudadanos: niños y adolescentes hasta los 17 años
Tanto la gripe como la COVID-19 son enfermedades infecciosas respiratorias muy contagiosas causadas por virus.
El virus de la gripe (también llamado virus influenza) circula predominantemente en otoño-invierno (sobre todo los tipos A y B).
La COVID-19 es causada por un coronavirus denominado SARS-CoV-2, que comenzó a circular entre los seres humanos a finales de 2019. El virus SARS-CoV-2 circula en otoño-invierno al mismo tiempo que el de la gripe, aunque también puede llegar a ser muy frecuente en otras épocas del año.
Ambas enfermedades se contagian de forma similar, principalmente por medio de las pequeñas gotas de saliva que emitimos al hablar o toser.
Aunque lo más habitual es que no sean graves y se curen por si solas, tanto la gripe como la COVID-19 pueden tener complicaciones (como neumonía o afectación grave del sistema nervioso) que requieran ingreso en hospital, llegando incluso a causar la muerte. Sin embargo, las condiciones que se asocian a gravedad son diferentes para cada una de estas enfermedades.
La gripe puede ser grave en niños y niñas de corta edad (hasta 5 años), y en los mayores que padezcan alguna enfermedad crónica. Debe tenerse en cuenta que los casos graves en niñas y niños menores de 5 años no solo ocurren en quienes padecen previamente alguna enfermedad: en nuestro país, entre las temporadas 2013-2014 y 2019-2020, el 68,4 % de los ingresos graves y el 56,1 % de los ingresos en unidades de cuidados intensivos se dieron en niñas y niños sanos, cuyo único motivo de ingreso fue el padecimiento de un cuadro gripal. Además, se ha estimado que en nuestro país ocurre un promedio de 28 fallecimientos por gripe en cada temporada en este grupo de edad.
En contraste, en la infancia y adolescencia se ha descrito riesgo de COVID-19 grave en personas con determinados problemas de salud previos (es decir, que pertenecen por su patología a los denominados ¿grupos de riesgo¿), siendo más vulnerables los niños y niñas con enfermedades o tratamientos que afectan a su capacidad para defenderse de las infecciones. También se ha descrito riesgo de COVID-19 en los menores de 1 año: los datos de vigilancia epidemiológica en nuestro país de la temporada 2023-2024 muestran que son el segundo grupo de edad con mayor frecuencia de ingreso en hospital por COVID-19, solo por detrás de las personas de 80 o más años. Éste es uno de los motivos por los que se recomienda la vacunación de sus madres durante el embarazo. Las niñas y niños previamente sanos no tienen riesgo aumentado de COVID-19 grave.
La gripe es, en niños y niñas de esta edad una enfermedad muy frecuente que, además, puede revestir gravedad (tanto mayor cuanto más pequeños son). Según los datos españoles, el número de consultas por gripe en centros de salud es, en menores de 5 años, en algunas temporadas ha sido superior a cualquier otro grupo de edad, incluso las personas de edad avanzada. En España, en la temporada 2023-2024 los niños y niñas de menos de un año fueron el segundo grupo de población que más frecuentemente ingresó en hospital debido a la gripe, solo por detrás de los mayores de 65 años. Dado que no existe ninguna vacuna autorizada para su uso por debajo de los 6 meses de vida, es importante vacunar a la madre durante el embarazo para evitar los casos graves en esta franja de edad.
Por otra parte, los niños y niñas que se infectan por el virus de la gripe juegan un importante papel en la transmisión de la enfermedad. El uso de las vacunas minimiza las epidemias y sus consecuencias, tanto individuales como sociales (deterioro de la salud, absentismo escolar, costes de la asistencia sanitaria, etc.).
- Niños y niñas con edades comprendidas entre los 6 meses y los 11 años ambos inclusive que padezcan enfermedades especialmente graves, que aumentan mucho el riesgo de COVID-19 severa: receptores de trasplante de órganos o de médula ósea, inmunodeficiencias primarias, tratamiento con fármacos que disminuyen las defensas (como los corticoides a altas dosis), cáncer, enfermedades crónicas respiratorias graves (incluyendo asma grave) y enfermedades neurológicas o neuromusculares graves.
- Niños y niñas de 12 o más años que padezcan alguna de las enfermedades del punto anterior, o alguna de las siguientes: enfermedades crónicas cardiovasculares, respiratorias o neurológicas, enfermedades hepáticas o renales, obesidad grave, enfermedades inflamatorias crónicas, enfermedades metabólicas (como diabetes mellitus), mala función o ausencia del bazo, enfermedades crónicas de la sangre o que requieran transfusiones reiteradas, condiciones que alteren la capacidad mental (p.ej. síndrome de Down). Si tiene duda acerca de si el problema de salud de su hijo o hija se incluye en los de riesgo, consulte con su pediatra de referencia.
- Todos los niños y niñas de 6 meses o más de edad que convivan con personas con alto riesgo de padecer gripe y COVID-19 graves (en especial las personas con enfermedades o tratamientos que disminuyen su capacidad de defenderse frente a infecciones), tienen indicada la vacunación, con el fin de proteger a estas personas más vulnerables.
- Todos los niños y niñas de entre 6 meses y 5 años de edad (es decir, nacidos en 2019 o años posteriores que tengan 6 meses cumplidos) previamente sanos. También quienes padezcan una enfermedad crónica, siempre que esta no se incluya entre las que aumentan el riesgo de COVID-19 grave en este grupo de edad (pueden leerse en la pregunta ¿¿Qué niños y niñas deben vacunarse frente a ambas enfermedades, COVID-19 y gripe?¿).
- Los niños y niñas entre 6 y 11 años de edad inclusive que padezcan enfermedades crónicas cardiovasculares, respiratorias o neurológicas, enfermedades hepáticas o renales, obesidad grave, enfermedades inflamatorias crónicas, enfermedades metabólicas (como diabetes mellitus), mala función o ausencia del bazo, enfermedades crónicas de la sangre o que requieran transfusiones reiteradas, condiciones que alteren la capacidad mental (p.ej. síndrome de Down).
- Los niños y niñas de 6 años o más de edad y los/las adolescentes con alguna de estas condiciones:
- Enfermedad celíaca.
- Portadores de implante cocleares o en espera de que se les realice el mismo.
- Portadores de fístula de líquido cefalorraquídeo.
- Personas de hasta 18 años en tratamiento crónico con salicilatos, tanto orales como en crema, por riesgo de presentar síndrome de Reye (complicación muy grave) en caso de padecer gripe.
- Consumidores habituales de tabaco.
Desde que se recibe la vacuna hasta que se producen anticuerpos protectores en cantidad suficiente es necesario que transcurra un mínimo de dos semanas. De modo que, si nos infectan los virus días antes de vacunarnos o de que la vacuna haya hecho su efecto, aún se puede padecer la enfermedad. Es importante que las personas con más riesgo de presentar gripe o COVID-19 graves se vacunen lo antes posible.
También hay que señalar que las vacunas de gripe y COVID-19 no protegen contra enfermedades causadas por otros virus respiratorios, como el resfriado común.
Los virus de la gripe tienen una elevada capacidad para variar. Estas variaciones implican la aparición, de un año a otro de nuevos tipos de virus de la gripe frente a los que el ser humano no tiene protección, por lo cual la vacuna debe actualizarse cada año. La composición de las vacunas en cada otoño-invierno en el hemisferio norte es determinada anualmente por la Organización Mundial de la Salud, en función de las que hayan circulado la temporada previa en el hemisferio sur.
Además, los anticuerpos producidos por las personas gracias a la vacunación antigripal disminuyen con el tiempo.
Sí, la vacuna es efectiva: previene casos de gripe, ingresos y fallecimientos por esta enfermedad. Su efectividad puede variar cada año y depende de varios factores, como la coincidencia entre las cepas del virus incluidas en la vacuna y las cepas que circulen, la edad de la persona y el padecimiento o no de enfermedades que debiliten el sistema inmunitario.
En un estudio realizado en nuestro país, se ha estimado que en la temporada 2323-2024, en los niños y niñas de 6 a 59 meses de edad, la vacunación disminuyó en un 70% la frecuencia de las consultas por gripe a centros de salud, y en un 77% los ingresos en hospital por gripe grave, datos similares a los de estudios europeos.
Sí, la vacuna es efectiva estimulando la producción de anticuerpos (defensas) frente al SARS-CoV-2, de modo que disminuye el número hospitalizaciones y fallecimientos por COVID-19.
Aunque la COVID-19 ya no es una emergencia de salud pública de importancia internacional, el virus SARS-CoV-2 sigue circulando entre la población y ha evolucionado, dando lugar a variantes nuevas. Existe evidencia científica de que la protección proporcionada tanto por haber padecido la infección como por las vacunas disminuye con el tiempo, y también de que las nuevas vacunas, cuya composición se ha adaptado a las variantes del virus que circulan en la actualidad, pueden producir mejor protección frente a la COVID-19 y sus complicaciones. Por eso, en población pediátrica y adolescente está recomendada solo la vacunación cada temporada en las personas con condiciones de riesgo.
Sí, la vacunación frente a gripe sigue estando recomendada a pesar de haber padecido la infección. El virus de la gripe puede circular durante varios meses, pudiendo padecerse varios cuadros gripales a lo largo de la temporada, y haber padecido la gripe solo produce protección frente a la cepa causante, pero no protege frente a otros tipos de virus que sí se incluyen en la vacuna. Por ello, la mejor protección es recibir la vacuna.
Sí, si su hijo o hija pertenece a un grupo de riesgo, está indicada la vacunación frente a la COVID-19, independientemente de si ha padecido la enfermedad o ha sido vacunado anteriormente.
Se recomienda que transcurran, al menos, 3 meses desde la última infección por el SARS-CoV-2 o dosis previa de vacuna hasta la administración de la vacuna esta temporada, porque se ha observado una mejor respuesta a la vacunación cuando se respeta este intervalo.
No existe ninguna vacuna antigripal ni frente a la COVID-19 que esté autorizada actualmente para su uso en menores de 6 meses. Sin embargo, a esta edad el riesgo de padecer gripe o COVID-19 severas es importante.
Para protegerlos, es fundamental la vacunación de sus madres durante el embarazo frente a gripe (con vacunas inactivadas, que se administran inyectadas) y COVID-19, al igual que está recomendada la vacuna frente a la tosferina. Estas vacunas son seguras en cualquier trimestre del embarazo. También es recomendable vacunar frente a gripe y COVID-19 a los convivientes de la mujer gestante. La vacuna antigripal de virus atenuados, de administración intranasal, está contraindicada en embarazadas.
Si la vacunación durante el embarazo no hubiese sido posible, está recomendada la vacunación de la mujer que ha parido en los últimos 6 meses para proteger a su bebé.
Se dispone de dos tipos de vacunas frente a la gripe: inactivadas, y atenuadas. Las vacunas inactivadas están compuestas de fragmentos de virus y se administran inyectadas. Existen vacunas inactivadas autorizadas para su uso en niños y niñas a partir de los 6 meses de edad.
Las vacunas atenuadas se componen de virus completos que han sido modificados de modo que no pueden causar la gripe a las personas cuyas defensas funcionan correctamente. Solo se dispone de una vacuna atenuada, que se administra pulverizada dentro de la nariz y tiene autorizado su uso solamente entre los 2 y los 17 años de edad inclusive. La vacuna atenuada es la que se usa en la vacunación frente a la gripe en las escuelas.
Si, tanto las vacunas antigripales como frente a la COVID-19 que están comercializadas han pasado por rigurosos ensayos clínicos y controles de seguridad. En ambos casos, los efectos adversos son poco frecuentes y cuando estos aparecen suelen resolverse en 2-3 días.
Las reacciones más habituales de las vacunas que se administran inyectadas (vacunas frente a COVID-19 y las antigripales inactivadas) son dolor o inflamación en el lugar de la inyección. Las reacciones generales son poco frecuentes (menos del 10 %), siendo las más comunes fiebre, malestar y dolor muscular. En caso de ser necesario algún tratamiento para las mismas, se recomienda paracetamol.
Respecto a la vacuna antigripal de administración intranasal, la reacción adversa observada con más frecuencia en los estudios clínicos fue la congestión nasal o aumento de la mucosidad. También están descritas como muy frecuentes la disminución del apetito o el malestar general. Si aparece fiebre u otra reacción general, debe evitarse el uso de ácido acetilsalicílico para aliviar los síntomas, por riesgo de aparición de complicaciones graves (síndrome de Reye); sí puede usarse paracetamol.
Los efectos graves son extremadamente raros, y los beneficios de la vacuna superan ampliamente los riesgos de padecer la enfermedad. Si, tras la vacunación, usted considerase que la vacuna le ha podido ocasionar a su hijo o hija un efecto adverso importante, debe comunicarlo a su profesional sanitario de referencia lo antes posible.
Las vacunas frente a la gripe que se administran inyectadas (inactivadas) y las vacunas frente a la COVID-19 no pueden causar la enfermedad en ningún caso.
La vacuna atenuada frente a la gripe se administra pulverizada en la nariz, y se compone de virus completos debilitados, que no pueden causar la enfermedad en personas sanas. Sin embargo, no debe administrarse a personas inmunodeprimidas (personas que tienen muy reducida su capacidad de defenderse de las infecciones, como es el caso de receptores de trasplantes, pacientes de cáncer o en tratamiento con fármacos que bajan las defensas), pues existe riesgo de que el virus debilitado pueda ocasionarles la gripe.
Las vacunas que se administran inyectadas (frente a la COVID-19 y las antigripales inactivadas) no pueden utilizarse en personas que hayan tenido alguna vez una reacción alérgica grave (anafilaxia) a una dosis previa de la vacuna o alguno de sus componentes, excepto al huevo: ningún tipo de alergia al huevo contraindica estas vacunas.
La vacuna de administración intranasal (atenuada) sí está contraindicada en las personas que hayan tenido alguna reacción alérgica grave (anafilaxia) al huevo o a sus proteínas, pero no en el resto de grados de alergia. Además, tienen contraindicada esta vacuna, por riesgo de efectos adversos graves:
- Personas que tienen disminuida de forma importante la capacidad para defenderse de infecciones (inmunodeprimidos), ya sea por padecer determinadas enfermedades (p.ej. inmunodeficiencias primarias, leucemias, linfomas, infección sintomática por VIH) o por recibir determinados tratamientos (p.ej. quimioterapia para tratar cáncer o corticoides a dosis altas).
- Niños y niñas que convivan con alguna persona inmunodeprimida, siempre que no haya posibilidad de separación durante 1-2 semanas, por la posibilidad de transmitirle el virus de la vacuna a esta persona. Para proteger a la persona vulnerable con la que conviven -además de a sí mismos-, está especialmente indicado que estos niños y niñas se vacunen frente a la gripe, pero con una vacuna inactivada (inyectada).
- Tratamiento crónico con salicilatos, tanto orales como en crema, por el riesgo de que se produzca síndrome de Reye (enfermedad muy grave del sistema nervioso y el hígado).
- Embarazadas.
En caso de duda acerca de si su hija o hijo puede recibir esta vacuna, consulte con su profesional sanitario de referencia.
En caso de padecer una infección aguda moderada o grave, con o sin fiebre, se recomienda esperar a que la situación mejore para vacunar. Igualmente, en los casos de agravamiento de alguna enfermedad crónica como crisis asmática, agudización de problemas cardiacos o renales, descompensación de diabetes, etc., deberá posponerse su vacunación hasta que se resuelvan.
Los catarros y episodios leves de cualquier infección no contraindican la vacunación. En caso de congestión nasal muy importante en el momento de administración, la vacuna intranasal podría no distribuirse adecuadamente y no ser efectiva, por lo que se recomienda posponer la vacunación hasta que la congestión nasal haya mejorado, o bien utilizar una vacuna inyectada.
Hay otras situaciones en las que se recomienda posponer la vacuna antigripal intranasal:
- Empeoramiento de asma (aparición de dificultad al respirar o ¿pitos¿, necesidad de aumentar el uso de inhaladores) en las 72 horas anteriores a la vacunación. La vacunación podrá realizarse cuando la crisis asmática esté resuelta.
- Ser portador de fístula de líquido cefalorraquídeo. El uso de esta vacuna debe evitarse mientras la fístula esté activa.
- Si a su hijo se le va a realizar un implante coclear en un plazo igual o inferior a una semana, o si se le ha hecho la cirugía del implante y no han pasado aún dos semanas tras la misma.
Cualquiera de las vacunas antigripales puede administrarse al mismo tiempo que la vacuna adaptada frente a la COVID-19. De igual manera, estas vacunas pueden administrarse al mismo tiempo que cualquiera de las vacunas de calendario (por ejemplo, las vacunas de la varicela y triple vírica, que se administran en la revisión de los 4 años), pudiendo aprovecharse la visita rutinaria al centro de salud para vacunar frente a la gripe y, en su caso, COVID-19. En el caso de que no se administrasen el mismo día, tampoco hay que dejar ningún intervalo en particular entre las distintas vacunas. La vacuna intranasal es compatible con cualquier otra vacuna. Las vacunas inyectadas se administran en este caso en diferentes puntos del cuerpo, con un mínimo de 2,5 cm de separación entre ellos. Las vacunas para la alergia también se pueden dar sin necesidad de guardar ningún intervalo especial.
Respecto a la vacuna antigripal, si su hijo o hija no pertenece a un grupo prioritario, deberá esperar al momento en que la campaña de vacunación antigripal de la Región de Murcia se abra a toda la población, si se dispone de dosis suficientes tras la vacunación de los grupos prioritarios. Esto suele ocurrir durante el mes de diciembre. En caso de no querer esperar a este momento, puede también comprar, con receta médica, la vacuna antigripal en oficinas de farmacia, para su administración en su puesto de vacunación.
Con respecto a la vacuna frente a la COVID-19, en estos momentos, considerando la situación epidemiológica y la inmunidad adquirida por la población, no está justificado vacunar a quienes no pertenezcan a grupos de riesgo, sea cual sea su edad.
Habitualmente se administra una dosis solamente de vacuna antigripal. Solo hay una excepción a esta regla: los niños y niñas de 6 meses a 8 años de edad, inclusive, que tengan alguna enfermedad crónica y no hayan sido vacunados frente a la gripe con anterioridad deben recibir 2 dosis separadas, al menos, 4 semanas entre sí.
De forma similar, se administra una sola dosis de vacuna adaptada frente a la COVID-19 a los niños y niñas que la requieran, con las siguientes excepciones:
- Niños/as de edad entre 6 y 59 meses inclusive, que no hayan sido vacunados frente a la COVID ni hayan padecido la enfermedad previamente. Deben recibir un total de 3 dosis.
- Niños o niñas que padezcan alguna enfermedad o reciban algún tratamiento que disminuya mucho sus defensas (inmunodeprimidos). La necesidad de administración de una dosis adicional será determinada por su profesional sanitario de referencia, así como el momento de administración.
A pesar de que se recomienda la administración de la vacuna repartida en dos aplicaciones (mitad en cada fosa nasal), si se administra la dosis completa en una única fosa nasal, la dosis se considera válida.
La campaña de vacunación antigripal en niños y niñas en las escuelas comenzó el 30 de septiembre. En el resto de puestos de vacunación (centros de salud, clínicas privadas, etc.) la vacunación antigripal y frente a COVID-19 está disponible a partir del 14 de octubre.
Si su hijo/a está escolarizado en 2º Ciclo de Educación Infantil (aulas de 3, 4 o 5 años), puede recibir la vacuna antigripal en la escuela, siempre y cuando la madre/padre/tutor haya rellenado y firmado previamente el impreso de autorización (recibido por carta o facilitado por el centro escolar o la enfermera escolar). Los niños y niñas escolarizados en aulas de 2 años (1er ciclo de Educación Infantil) podrán recibir la vacuna en el aula solamente en el caso de haber cumplido ya los 24 meses, siempre con la autorización parental.
Si su hijo/a no ha cumplido aún los 24 meses, no está escolarizado en los cursos citados, o no se le ha podido administrar la vacuna antigripal en la escuela por cualquier motivo, puede vacunarlo en su puesto de vacunación habitual (Centro de Salud, clínica privada, etc.).
La vacuna frente a la COVID-19 no se administra en los centros educativos. Si su hijo o hija tiene indicada esta vacuna, deberá acudir a su centro de salud o puesto de vacunación habitual.
Para aquellos niños y niñas con aseguramiento público nacidos en los años 2019 a 2023 no vacunados en la escuela, sus progenitores/tutores legales podrán solicitar, a partir del comienzo de la campaña estacional en los centros de salud, cita por internet (ya sea a través de la página web https://sede.carm.es/sms/citainternet/login.xhtml o de las aplicaciones para teléfono móvil de cita previa del Servicio Murciano de Salud y del Portal del paciente), telefónica o en el mostrador del centro que le corresponda. Los nacidos en 2024 que hayan cumplido 6 meses, así como los más mayores con condiciones de riesgo, solo podrán solicitar cita telefónica o en el mostrador de su centro de salud.
Los niños y niñas beneficiarios de mutualistas o con seguro privado deberán ponerse en contacto con su clínica privada o puesto de vacunación habitual.
Adicionalmente, cualquier persona residente en el municipio de Murcia, independientemente de su tipo de aseguramiento, podrá solicitar cita previa para ambas vacunaciones en el punto de vacunación de Servicios Municipales de Salud del Ayuntamiento de Murcia, exclusivamente a través de la web https://www.murcia.es/web/portal/cita-previa-para-vacunas.
Última actualización: 28/11/2024