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Vacunación estacional (gripe y COVID-19) temporada 2025-2026 - FAQ para ciudadanos de 18 o más años de edad
Tanto la gripe como la COVID-19 son enfermedades infecciosas respiratorias muy contagiosas causadas por virus.
El virus de la gripe (también llamado virus influenza) circula predominantemente en otoño-invierno.
La COVID-19 es causada por un coronavirus denominado SARS-CoV-2, que comenzó a circular entre los seres humanos a finales de 2019. El virus de la COVID-19 ha circulado en otoño-invierno al mismo tiempo que el de la gripe, si bien en la última temporada circuló de forma más importante en verano.
Ambas enfermedades se contagian de forma similar, principalmente por medio de las pequeñas gotas de saliva que emitimos al hablar o toser.
Aunque lo más habitual es que no sean graves y se curen por sí solas, tanto la gripe como la COVID-19 pueden tener complicaciones que requieran ingreso en hospital, llegando incluso a causar la muerte. Algunas de estas complicaciones son la neumonía (con dificultad importante para respirar) y la afectación grave del sistema nervioso. Las formas graves afectan sobre todo a personas de edad avanzada y a personas que padecen determinadas enfermedades crónicas, así como a mujeres embarazadas
Además, tanto la gripe como la COVID-19 pueden agravar las enfermedades que la persona padezca previamente.
Es posible padecer gripe y COVID-19 al mismo tiempo; en este caso se ha descrito que la mortalidad por COVID-19 se duplica.
La vacunación es la medida más eficaz para protegernos de la gripe o de la COVID-19, sobre todo las personas más vulnerables. Las vacunas evitan casos, hospitalizaciones y fallecimientos, sin que ninguna de las vacunas autorizadas frente a la gripe y la COVID-19 en población adulta pueda causar la enfermedad en ninguna circunstancia.
Asimismo, las vacunas disminuyen las consecuencias, tanto individuales como sociales (deterioro de la salud, absentismo laboral y escolar, costes de la asistencia sanitaria, etc.) de estas infecciones.
Desde que se recibe la vacuna hasta que se producen anticuerpos protectores en cantidad suficiente es necesario que transcurra un mínimo de dos semanas. De modo que, si nos infectan los virus días antes de vacunarnos o de que la vacuna haya hecho su efecto, aún se puede padecer la enfermedad. Es importante que las personas con más riesgo de presentar gripe o COVID-19 graves se vacunen lo antes posible.
También hay que señalar que las vacunas de gripe y COVID-19 no protegen contra enfermedades causadas por otros virus respiratorios, como el resfriado común.
Los virus de la gripe tienen una elevada capacidad para variar. Estas variaciones implican la aparición, de un año a otro, de nuevos tipos de virus de la gripe frente a los que el ser humano no tiene protección, por lo cual la vacuna debe actualizarse cada año. La composición de las vacunas en cada otoño-invierno en el hemisferio norte es determinada anualmente por la Organización Mundial de la Salud, en función de la circulación en la temporada previa.
Además, los anticuerpos producidos por las personas gracias a la vacunación antigripal disminuyen con el tiempo.
Sí, la vacuna es efectiva. Su efectividad puede variar cada año y depende de varios factores, como la coincidencia entre las cepas del virus incluidas en la vacuna y las cepas que circulen, la edad de la persona y el padecimiento o no de enfermedades que debiliten el sistema inmunitario. En personas adultas, la vacunación evita del orden de la mitad de las hospitalizaciones o consultas en el centro de salud que la gripe podría causar si no se vacunase. Al ser una infección muy frecuente en temporada, se consigue así evitar un gran número de casos graves y muertes. Según datos de un estudio europeo acerca de la temporada 2024-2025 que incluye datos procedentes de España, la vacuna antigripal disminuyó un 40 % las consultas por gripe en los centros de salud, y un 52 % de los ingresos hospitalarios por gripe.
Sí, la vacuna es efectiva para reducir el número hospitalizaciones y fallecimientos por COVID-19. Según datos procedentes de Europa, referidos al periodo entre octubre de 2024 y enero de 2025, para personas de 65-79 años vacunados frente a la COVID-19 la efectividad de la vacuna fue del 60 % para prevenir la hospitalización por COVID-19 y del 78 % para prevenir el fallecimiento por este motivo; en el grupo de 80 años y más los datos fueron del 58 % y 62 %, respectivamente. Los datos de Estados Unidos disponibles de la misma temporada indican que la efectividad frente a los caos graves (que requirieron de ventilación mecánica o fallecimiento) fue del 79 %.
Aunque la COVID-19 ya no es una emergencia de salud pública de importancia internacional, el virus SARS-CoV-2 sigue circulando entre la población y ha evolucionado, dando lugar a variantes nuevas. Existe evidencia científica de que la protección proporcionada, tanto por haber padecido la infección como por las vacunas, disminuye con el tiempo, y también de que las nuevas vacunas, cuya composición se ha adaptado a las variantes del virus que circulan en la actualidad, pueden producir mejor protección frente a la COVID-19 y sus complicaciones.
Si, tanto las vacunas antigripales como frente a la COVID-19 que están comercializadas han pasado por rigurosos ensayos clínicos y controles de seguridad, y son seguras. En ambos casos, los efectos adversos son poco frecuentes y cuando estos aparecen suelen ser limitados en el tiempo.
Respecto a las reacciones en el lugar de la inyección, las más frecuentes son dolor o inflamación. Las reacciones generales son poco habituales (menos del 10 %), como fiebre, malestar y dolor muscular. En general estas reacciones son más frecuentes la primera vez que nos vacunamos y disminuyen con dosis sucesivas. En caso de ser necesario algún tratamiento para las mismas, se recomienda paracetamol.
Los efectos graves son extremadamente raros, y los beneficios de la vacuna superan ampliamente los riesgos de padecer la enfermedad. Si, tras la vacunación, usted considerase que la vacuna le ha podido ocasionar un efecto adverso importante, debe comunicarlo a su profesional sanitario de referencia.
No. La única forma de padecer estas enfermedades es ser infectado por los virus que las causan.
Las vacunas que se utilizan en personas de 18 o más años en la campaña estacional no pueden administrarse a personas que hayan tenido alguna vez una reacción alérgica grave (anafilaxia) a una dosis previa de la vacuna o alguno de sus componentes, excepto al huevo: ningún tipo de alergia al huevo contraindica estas vacunas.
En caso de padecer una infección aguda moderada o grave, con o sin fiebre, se recomienda esperar a que la situación mejore para vacunar. Igualmente, en los casos de agravamiento de alguna enfermedad crónica como crisis asmática, agudización de problemas cardiacos o renales, descompensación de diabetes, etc., deberá posponerse su vacunación hasta que la situación se haya estabilizado.
Los catarros y episodios leves de cualquier infección no contraindican la vacunación.
Las vacunas antigripales y frente a la COVID-19 pueden administrarse el mismo día, en distintos puntos de inyección. También pueden administrarse al mismo tiempo otras vacunas que, según su edad o estado de salud, puedan corresponderle, lo que facilita actualizar el estado de vacunación en una sola visita. Las vacunas para la alergia también se pueden dar sin necesidad de guardar ningún intervalo especial.
Deben vacunarse frente a la gripe y la COVID-19 los siguientes grupos de población, por su mayor riesgo de complicaciones:
- Personas de 70 o más años de edad.
- Personas de 6 meses a 11 años, inclusive, con enfermedades de alto riesgo: enfermedades crónicas cardiovasculares graves, enfermedades crónicas respiratorias graves (incluyendo asma grave) y enfermedades neurológicas o neuromusculares graves, trasplante de médula, problemas de defensas congénitos o secundarios a tratamientos o cáncer.
- Personas de 12 a 69 años, inclusive, con enfermedades de base o condiciones que aumentan el riesgo de complicaciones: enfermedades crónicas cardiovasculares, respiratorias, neurológicas, hepáticas o renales, obesidad grave, enfermedades inflamatorias crónicas, enfermedades metabólicas (como diabetes mellitus) patologías y/o tratamientos que causen que el sistema inmunitario no funcione bien (como inmunodeficiencias congénitas, infección por VIH sintomática, corticoides a dosis altas, mala función o ausencia del bazo, etc.), cáncer y hemopatías malignas, enfermedades crónicas de la sangre o que requieran transfusiones reiteradas, condiciones que alteren la capacidad mental (como síndrome de Down o demencias). Si tiene duda acerca de si su problema de salud se incluye en los de riesgo, consulte con su profesional sanitario de referencia.
- Las personas de 5 o más años que residan en alguna institución colectiva (p. ej., centros de atención a personas con discapacidad, residencias de ancianos).
- Las mujeres embarazadas en cualquier trimestre del embarazo.
- Personal de centros sanitarios y socio-sanitarios (como residencias de ancianos).
Algunos grupos de población presentan riesgo aumentado de padecer complicaciones en caso de gripe; sin embargo, no tienen riesgo de COVID-19 grave. Las personas de 18 o más años que deben vacunarse exclusivamente frente a la gripe son:
- Las personas de hasta 59 años inclusive con alguna de estas condiciones:
- Enfermedad celíaca.
- Ser portador de implante coclear o estar en espera de recibirlo.
- Fístula de líquido cefalorraquídeo.
- Ser fumador.
- Tener hasta 18 años y estar en tratamiento crónico con ácido acetilsalicílico, tanto si es oral como en crema.
- Trabajadores de servicios esenciales, incluyendo a los docentes.
- Trabajadores expuestos directamente a aves o a cerdos en granjas o explotaciones avícolas o porcinas, de visones o a fauna silvestre, para disminuir el riesgo de que virus de la gripe que infectan a estos animales pasen a humanos.
- Convivientes o cuidadores de aquellas personas que pertenecen a grupos de riesgo, por lo que se incluye la mujer en los primero 6 meses del puerperio (si no se vacunó durante el embarazo).
Además, son grupos de riesgo y deben vacunarse frente a la gripe todos los niños y niñas sanos de 6 meses a 9 años de edad, y a partir de los 10 años si padecen determinadas enfermedades crónicas (consultar el apartado de preguntas y respuestas específico para las personas de hasta 17 años).
Sí. La vacunación de las embarazadas es segura y está recomendada en cualquier trimestre, porque proporciona un triple efecto:
- Protección de la madre: las mujeres embarazadas presentan más riesgo de padecer gripe o COVID-19 graves que las de la misma edad que no lo están.
- Protección del feto: La infección por el virus de la gripe o el coronavirus causante de COVID-19 durante el embarazo se ha asociado a un mayor número de abortos y partos prematuros, entre otras complicaciones.
- Protección del bebé en los primeros meses de vida: En los bebés de 6 meses o menos el riesgo de padecer gripe o COVID-19 severas es importante, y no se dispone de ninguna vacuna que tenga autorizado su uso a esa edad.
Con datos de la Región de Murcia de las temporadas 2023-2024 y 2024-2025, se ha estimado que la vacuna antigripal en la embarazada previno más de 9 de cada 10 hospitalizaciones por gripe en sus bebés en los 6 primeros meses de vida. Durante estas temporadas, con las coberturas vacunales alcanzadas se evitaron 12 ingresos hospitalarios en menores de 6 meses; de haber vacunado al 100 % de las embarazadas, se estima que se habrían podido evitar 25 más. Además, se ha estimado que por cada 560 mujeres embarazadas que se vacunaron, se evitó un ingreso hospitalario por gripe de un bebé menor de 6 meses.
En la temporada 2025-2026 se va a disponer de vacunas de ARNm y de proteínas recombinantes. Dada la mayor experiencia con las vacunas de ARNm por el gran número de dosis administradas desde el inicio del proceso de vacunación, éstas serán las vacunas de elección de las embarazadas, ya que han demostrado ser efectivas y seguras.
Las vacunas antigripales inactivadas, al igual que las vacunas frente a la COVID-19, se pueden utilizar en todos los trimestres del embarazo. Los datos sobre el uso de estas vacunas a nivel mundial no indican ningún efecto adverso en el desarrollo del embarazo ni en el bebé atribuible a la vacuna.
Sí. Todas las vacunas frente a estas enfermedades son compatibles con la lactancia. Si no ha podido vacunarse frente a la gripe durante el embarazo, debería vacunarse durante los 6 primeros meses de vida de su bebé usted y el resto de convivientes para proteger al bebé. En caso de que tenga recomendada la vacuna frente a COVID-19, también puede recibirla estando lactando.
Si desea vacunarse frente a la gripe y no pertenece a un grupo prioritario, deberá esperar al momento en que la campaña de vacunación antigripal de la Región de Murcia se abra a toda la población, si se dispone de dosis suficientes tras la vacunación de los grupos prioritarios. Esto suele ocurrir durante el mes de diciembre. En caso de no querer esperar a este momento, puede también comprar, con receta médica, la vacuna antigripal en oficinas de farmacia, para su administración en su puesto de vacunación.
Con respecto a la COVID-19, en estos momentos, considerando la situación epidemiológica y la inmunidad adquirida por la población, no se justifica la vacunación de personas que no pertenezcan a los grupos prioritarios.
Sí, puede, y además está recomendado, especialmente si usted pertenece a un grupo prioritario. Haber padecido la gripe solo produce protección frente a la cepa causante, pero no protege frente a otros tipos de virus que sí se incluyen en la vacuna. En el caso de la COVID-19 se recomienda esperar un mínimo de 3 meses desde la última infección antes de vacunar, aunque no habría problema si, por cualquier motivo, no pudiese esperar ese periodo y tuviese que vacunarse tras su recuperación del proceso.
La campaña de vacunación antigripal y frente a la COVID-19 dio comienzo el 6 de octubre en las residencias de personas mayores o discapacitadas, y el 14 de octubre en el resto de puestos de vacunación autorizados (centros de salud, hospitales y puestos privados de vacunación).
Las personas con asistencia por parte del Servicio Murciano de Salud pueden vacunarse en su centro de salud. Los nacidos en 1965 o años anteriores pueden solicitar cita previa a través de Internet (ya sea a través de la página web https://sede.carm.es/sms/citainternet/login.xhtml o de las aplicaciones para teléfono móvil de cita previa del Servicio Murciano de Salud y del Portal del paciente), telefónica o en el mostrador del centro que corresponda. Los nacidos con posterioridad a 1965 que se tengan que vacunar por alguna condición de riesgo solo podrán solicitar cita telefónica o en el mostrador de su centro de salud.
Los mutualistas o personas con seguro privado deberán ponerse en contacto con su clínica privada o puesto de vacunación habitual.
Aquellas personas cuya vacunación esté motivada por sus circunstancias laborales, pueden dirigirse también al servicio de prevención de riesgos laborales que les corresponda.
Asimismo, cualquier persona residente en el municipio de Murcia, independientemente de su tipo de aseguramiento, podrá solicitar cita para ambas vacunaciones en el punto de vacunación de Servicios Municipales de Salud del Ayuntamiento de Murcia, exclusivamente a través de la web https://www.murcia.es/web/portal/cita-previa-para-vacunas.
Última actualización: 13/10/2025
